CIES SOCIEDAD BOSQUESINA - digeibir
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TOMO I:178 • <strong>SOCIEDAD</strong> <strong>BOSQUESINA</strong><br />
una “persona mezquina”. Los fracasos comerciales han, poco<br />
a poco, llevado a la aceptación del trueque, que da acceso<br />
a los bienes básicos a todas las familias, pues todas están<br />
involucradas en la producción de artesanías.<br />
En Sta. Rosa existen tres bodegas, que venden pescado<br />
enlatado, arroz, azúcar, manteca, fideos, gaseosas y<br />
aguardiente. La venta de productos entre comuneros ocurre,<br />
aunque raras veces, cuando un horticultor ha vendido todos<br />
sus frijoles y quiere comer frijol, o cuando los horticultores<br />
de los bajiales no han podido sembrar plátano, pero quieren<br />
consumirlo. Esta clase de venta sólo ocurre cuando el<br />
interesado no puede apelar a una relación de solidaridad<br />
que lo comprometería a mediano o largo plazo a reciprocar<br />
el bien recibido. Los maestros, como personas llegadas de otra<br />
parte y sin chacras en la comunidad, pero con un sueldo<br />
mensual, son otros clientes de bienes localmente producidos.<br />
La artesanía en esta comunidad es asunto de sólo cinco<br />
mujeres que venden sus productos de chambira en Requena.<br />
En esta situación nada ocurre que sea comparable con las<br />
consecuencias múltiples y diversas de la producción artesanal<br />
generalizada que hemos observado en Pucaurquillo.<br />
En el caso mencionado de Pucaurquillo vemos que el cambio<br />
económico ocurrido — la intensificación de las relaciones monetarias en<br />
el interior mismo de la comunidad — no ha eliminado el trueque, sino<br />
lo ha reintroducido, reactualizado, para remediar a la marginalización<br />
de ciertas familias con pocos recursos financieros en relación al estándar<br />
de vida comunal, que se manifiesta en el consumo diario de todos de<br />
los mismos bienes, — los que responden a las llamadas “necesidades<br />
básicas”. Pudiendo “pagar” con artesanías, aun estas familias tienen acceso<br />
a estos bienes, es decir, al mismo estándar de vida de todos. La igualdad<br />
de los comuneros ante un estándar de vida común se ha reafirmado<br />
y conservado, pero para eso era necesario reactivar un mecanismo de<br />
intercambio no monetario, el trueque. Éste no equivale al ejercicio de la<br />
solidaridad distributiva tradicional que se fundamenta en la reciprocidad<br />
a mediano y largo plazo, pues se trata de un intercambio inmediato<br />
(p.ej. jabón contra jicra); y en eso se parece al pago monetario. Podemos<br />
diagnosticar una re-innovación económica animada por valores éticos<br />
tradicionales y fundamentada en la generalización de la producción de un