CIES SOCIEDAD BOSQUESINA - digeibir
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TOMO I:189<br />
amable y comprensiva (no impositiva o autoritaria), lo que no excluye<br />
que la desigualdad social — la relación global de dominación/sumisión<br />
—, justamente por tomar una forma de expresión horizontal, sea parte de<br />
los factores motivadores: Un ”ingeniero” que no se comporta de manera<br />
dominante tiene doble mérito: por un lado adopta relaciones sociales<br />
horizontales que se parecen a las que vinculan los comuneros entre ellos, y,<br />
por el otro, las adopta siendo socialmente “superior”, es decir una persona<br />
de poder (pues tiene acceso a los recursos anunciados). Pero ¿lograr un<br />
acuerdo con una comunidad en estas condiciones autoriza a una ONG<br />
afirmar que está actuando conforme a un “método participativo”?<br />
Es fácil lograr que una comunidad diga “sí” a un proyecto propuesto<br />
desde afuera — todos los proyectos fracasados mencionados lo habían<br />
logrado —, pero este “sí” no implicaba ni que el organismo exterior iba a<br />
respetar un método participativo, ni que los comuneros iban a apropiarse<br />
el contenido del proyecto dándole durabilidad.<br />
Desde la salida de los patrones de las comunidades, éstas han<br />
sabido adaptarse a la nuevas condiciones económicas (acceso directo al<br />
mercado), sociales (relaciones con el medio urbano) y políticas (elección<br />
de autoridades comunales) las que consistían principalmente en la<br />
intensificación y multiplicación de las relaciones entre los comuneros y<br />
la sociedad regional envolvente. De una unidad replegada sobre sí misma<br />
y relacionada con la sociedad regional tanto económica, como social y<br />
políticamente a través del patrón, la comunidad como tal — a través de<br />
sus autoridades locales elegidas — se ha vuelto ser un interlocutor de los<br />
hombres políticos en el tiempo de campaña electoral, de las autoridades<br />
provinciales y distritales, de proyectos oficiales o privados, y el beneficiario<br />
de infraestructuras y donaciones cuyo beneficio y obligaciones han<br />
motivado el conjunto de los comuneros creando progresivamente una<br />
solidaridad comunal que se manifiesta en acciones comunales (“obras<br />
públicas”), asambleas, fiestas y campeonatos. Sin embargo, cabe subrayar<br />
que esta solidaridad comunal no quita libertad a las unidades domésticas<br />
en todo lo que atañe a las opciones de producción y comercialización,<br />
ni disminuye la eficiencia de la solidaridad laboral que opera a través de<br />
la “minga” y otros eventos parecidos. Cabe resaltar que ningún proyecto<br />
productivo ha logrado comprometer la comunidad como un todo.<br />
Las “chacras comunales” promovidas por SINAMOS en el<br />
Ampiyacu en los años 1970 por medio de préstamos comunales<br />
no han alcanzado su objetivo. Los botiquines comunales<br />
fomentados en Estirón y Pucaurquillo a principios de los