CIES SOCIEDAD BOSQUESINA - digeibir
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TOMO I:163<br />
resultado, como dicen Santos y Barclay, de una democratización de los<br />
medios de trasporte, ya que en esa época habían surgido los primeros<br />
motores fuera de borda. Sin embargo, el intercambio con los regatones<br />
no tenía la misma fluidez, ni la misma dimensión que el intercambio<br />
constante, basado sobre el endeudamiento continuo, entre trabajador de<br />
fundo y patrón. Es en esta situación que el gobierno de Belaúnde crea el<br />
Banco de Fomento Agropecuario (antecedente del Banco Agrario) con<br />
el propósito de fomentar la producción agrícola y de orientarla hacia<br />
el mercado nacional y, en particular, urbano. Esta institución empezó<br />
a otorgar préstamos a pequeños productores. El movimiento siguió<br />
creciendo bajo el gobierno militar con la creación del Banco Agrario y su<br />
mayor capitalización. (Ver estadísticas en Santos y Barclay 2002).<br />
¿Qué significaba esta oportunidad para el sujeto bosquesino recién<br />
liberado de la deuda y la dependencia del patrón? Si examinamos el<br />
uso práctico que han hecho los bosquesinos del préstamo no podemos<br />
cerrar los ojos ante la impresión de que el préstamo funcionaba como la<br />
habilitación: el bosquesino recibió un crédito adelantado con el cual, por<br />
un lado, satisfacía sus necesidades familiares inmediatas, y, por el otro,<br />
se comprometía a realizar el trabajo acordado: sembrar arroz y/o yute. El<br />
crédito no fue usado en mejorar los medios de trabajo o pagar mano de<br />
obra, como era la intención de los promotores de la modernización del<br />
agro; una u otra vez hubo que comprar semillas, pero los instrumentos<br />
de trabajo y la organización social del trabajo quedaban los mismos<br />
que antes: hacha, machete y tacarpo, y la minga. El modelo de la<br />
habilitación patronal se había aplicado al préstamo bancario; sólo, en vez<br />
de recibir bienes de consumo, el bosquesino recibió dinero, que invirtió<br />
inmediatamente en bienes de consumo. Quedaba entonces debiendo<br />
y tenía que rembolsar su deuda con su producto, como en el tiempo<br />
de los patrones, salvo que con éstos últimos, que seguían adelantando<br />
bienes sobrevalorándolos y subvaluando el producto campesino, la deuda<br />
nunca se logró cancelar. Tales casos también ocurrían con el Banco. En<br />
caso de creciente temprana, los bosquesinos podían perder su cosecha<br />
y quedaron endeudados hasta el año siguiente, para el cual podían<br />
pretender a un nuevo crédito que se sumaba al anterior. Pero el dinero<br />
siempre se usaba, podríamos decir, “con el espíritu de la habilitación”;<br />
no sirvió para aumentar la productividad, sino para satisfacer deseos<br />
inmediatos de consumo. Al mismo tiempo, el crédito no interfirió ni<br />
en las modalidades, ni en la organización laborales que se mantenían<br />
en el nivel tecnológico acostumbrado y basadas en la solidaridad laboral<br />
(minga etc.) que operaba al interior de cada comunidad.