CIES SOCIEDAD BOSQUESINA - digeibir
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TOMO I:151<br />
existencial basada en la solidaridad y al criterio del gusto para priorizar y<br />
efectuar las actividades.<br />
Aparentemente, nos encontramos delante una contradicción cuando,<br />
por un lado, observamos los cambios históricos realmente ocurridos en<br />
las comunidades en los últimos 50 años, y, por el otro, el fracaso de<br />
los proyectos de desarrollo implementados por el Estado u ONGs que<br />
apuntan a un cambio. Hablando de fracaso, pensamos sobre todo en las<br />
iniciativas de FONCODES entre 1994 y 2000 que han dejado rastros<br />
de “ruinas” en un gran número de comunidades: piscigranjas, criaderos<br />
de chanchos y galpones de gallinas, conejos y cuyes abandonados y<br />
plantaciones de pijuayo y camu-camu sin salida al mercado; lo único<br />
que subsiste son las infraestructuras de urbanización: veredas de cemento<br />
y puentes de madera, a veces plantaciones y piscigranjas en desuso o a<br />
medio acabar. Ese abandono, cabe subrayarlo, ocurre a pesar de que las<br />
mismas comunidades hayan firmado las solicitudes manifestando así su<br />
acuerdo con los proyectos, y a pesar de que los comuneros, en todos estos<br />
casos, hayan invertido su trabajo personal en la creación de lo que hoy en<br />
día son “inutilidades”.<br />
Los promotores podían con cierta razón afirmar que los comuneros<br />
“quieren” el proyecto y justificar sus inversiones con el deseo de la<br />
comunidad; inclusive, su participación activa en la ejecución de los<br />
proyectos podía ser interpretada como señal de su voluntad. ¿Porqué,<br />
entonces, el abandono posterior?<br />
Nuestras hipótesis son las siguientes:<br />
(1) El bosquesino es curioso y abierto a nuevas experiencias sobre todo<br />
cuando están acompañadas de aportes materiales: dinero, herramientas<br />
e insumos a los que la escasez monetaria le prohíbe el acceso; mientras<br />
que sigan estos apoyos, la motivación al trabajo se nutre de ellos; el<br />
hecho de que estos aportes endeudan al bosquesino, no parece ser un<br />
obstáculo, ya que en la mayoría de los casos la deuda nunca se paga, y<br />
eso sin consecuencia alguna, como se ha visto precisamente en el caso<br />
de FONCODES, pero de lo cual también testimonian otros “proyectos<br />
de desarrollo” (p.ej. el proyecto danés de Pacaya-Samiria). Cuando estos<br />
aportes cesan, la motivación también cambia y, en la mayoría de los casos,<br />
cesa. Las ventajas materiales ofrecidas por un proyecto motivan la acción<br />
de los bosquesinos, mas no el contenido mismo de los proyectos. Eso nos<br />
lleva a una segunda hipótesis:<br />
(2) Las actividades productivas implementadas no han logrado<br />
cambiar la lógica de vida de los actores en la medida en que no se han<br />
articulado con el saber y saber-hacer bosquesinos, ni con la organización