CIES SOCIEDAD BOSQUESINA - digeibir
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TOMO I:193<br />
actividades rituales han sido comercializadas (turismo en el Ampiyacu)<br />
abriendo un nuevo campo de ingreso. En todos los casos, la durabilidad<br />
de estas actividades se debe, a la vez, a la persistencia del mercado y a un<br />
nivel de precio aceptable, que puede variar de una región a otra, como<br />
vimos en el caso del arroz y yute que fueron abandonados en el Ampiyacu<br />
a consecuencia del cese de los préstamos y la caída de los precios, mientras<br />
que el cultivo del primero sólo ha disminuido en Sta. Rosa.<br />
El cultivo del arroz y yute no han afectado de manera significativa la<br />
biodiversidad disponible en las zonas de las comunidades, pues los mismos<br />
terrenos aluviales se podían usar anualmente gracias a su fertilización por<br />
el río. La coca ha provocado la tumba de mayores superficies de bosque<br />
de altura, por un lado, porque su producción es mayor en estos terrenos<br />
y requiere de tierras no inundables, y, por el otro, porque había que<br />
esconder el cultivo a cierta distancia de la comunidad. Sin embargo, en<br />
la zona estudiada, este fenómeno no ha sido duradero por la represión<br />
policial y la vigilancia de la federación indígena. La artesanía de chambira,<br />
en el Ampiyacu, ha causado escasez de este recurso, a la que una parte de<br />
la población ha respondido con la adopción de técnicas de manejo; por<br />
no haber sido éstas generalizadas, la escasez también fomentó el robo y<br />
causó tensiones sociales.<br />
La producción estacional pero regular de leña de capirona para el<br />
mercado urbano y local en el Bajo Ucayali es un fenómeno reciente,<br />
pero está afectando poco a poco los capironales en los alrededores de<br />
las comunidades; ningún freno, ninguna medida conservadora se ha<br />
tomado hasta ahora. La extracción ocasional, pero repetida, de madera<br />
ha eliminado la madera roja de ambas zonas (por lo menos en las áreas<br />
accesibles desde el río y las quebradas), mientras que cierta reserva de<br />
madera blanca sigue existiendo y siendo explotado, con mayor regularidad<br />
en el Ampiyacu. La desaparición del cedro y de árboles frutales silvestres<br />
(a consecuencia de su tumba para cosechar: aguaje, huasaí, sinamillo,<br />
ungurahui, leche caspi...) ha empezado a motivar a ciertos comuneros<br />
del Ampiyacu a reforestar purmas con cedro y a enriquecer purmas con<br />
frutales silvestres. Tales iniciativas son escasas en Sta. Rosa y totalmente<br />
ausentes en Sapuena, a pesar de la escasez claramente percibida por los<br />
comuneros.<br />
Las oportunidades del mercado también han motivado las<br />
actividades extractivas que son estacionales y, desde luego, se combinan<br />
con la habitual pluri-actividad bosquesina, y eso hasta en los momentos<br />
de la faena misma, cuando los madereros también se dedican a cazar<br />
y pescar. En el Ampiyacu la motosierra está difundiéndose desde hace