CIES SOCIEDAD BOSQUESINA - digeibir
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TOMO I:251<br />
tecnocrático habitual; al contrario, deben responder a las exigencias del<br />
interprendizaje y la convivencia interculturales.<br />
Conclusiones<br />
Los dos incentivos que hemos expuesto como alternativas, que,<br />
según nuestro análisis, tienen posibilidades de ser exitosos – el primero<br />
más que el segundo –, se apoyan en los factores de cambio que han<br />
operado eficientemente en la historia de las comunidades bosquesinas<br />
en los últimos cincuenta años y que se contraponen a los fracasos de<br />
la voluntad tecnocrática de inducir un cambio mediante “proyectos de<br />
desarrollo”.<br />
Ninguna de las dos propuestas contempla una “mecánica” de la<br />
eficiencia, ningún efecto es “automático” o predeterminado. Ambas apelan<br />
a la evolución del ejercicio de la racionalidad en ambos interlocutores,<br />
el promotor y el bosquesino. Esta evolución conlleva la ampliación de<br />
la capacidad de acción en ambos actores y su efecto emancipador de la<br />
relación de dominación/sumisión. En este beneficio compartido se<br />
manifiesta la relación de reciprocidad, que condiciona y está condicionada<br />
por el proceso de interaprendizaje realizado en la convivencia que pone en<br />
relación y contraste palabra y acto. El lenguaje común entre promotor y<br />
bosquesino se va formando en esta experiencia intrincadamente discursiva<br />
y práctica, es decir vivencial. Y este lenguaje, con sus formas de discurso<br />
comprometedoras de actos, es, a la vez, un instrumento y un resultado de<br />
los métodos y de las formas de ambos incentivos propuestos. El proceso<br />
que ambos incentivos ponen en obra se inspira, para resumirlo con dos<br />
palabras, de una pedagogía intercultural (Gasché 2002a).<br />
Sin embargo, los dos incentivos se distinguen por su contenido y su<br />
fin. La recompensa valora financieramente las actividades de conservación<br />
y manejo mediante adelantos que son un elemento motivador bosquesino<br />
tradicional, arraigado en última instancia en la habilitación, la que, a su<br />
vez, se funda sobre el valor social bosquesino de la reciprocidad: “hoy te<br />
doy y más tarde – algún día – me lo devuelves”. El dinero como contenido<br />
del incentivo tiene como fin el consumo inmediato que también está<br />
implícito en la habilitación. La eficiencia motivadora de la habilitación,<br />
luego, de los préstamos agrarios, justifica este contenido y fin del<br />
incentivo. Pensamos que este incentivo tendrá éxito en una mayoría de<br />
comunidades bosquesinas, pero que sus efectos conservacionistas y de<br />
manejo sólo serán óptimos a condición de aplicar el método intercultural<br />
y de apuntar la forma intercultural que hemos propuesto.