CIES SOCIEDAD BOSQUESINA - digeibir
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TOMO I:142 • <strong>SOCIEDAD</strong> <strong>BOSQUESINA</strong><br />
Por otro lado, es importante notar que los productos del mercado, en<br />
primer lugar, abastecen la unidad doméstica (vestimenta, herramientas,<br />
enseres domésticos), en menor grado al círculo ampliado de los visitantes<br />
y sólo ocasionalmente al grupo de solidaridad laboral, — cuando,<br />
por gusto de prestigio, el dueño de la minga ofrece tallarín o arroz a<br />
comer y aguardiente a beber. La organización de una fiesta, en cambio,<br />
exige mayor inversión en bienes del mercado: cartuchos y pilas para la<br />
caza, aguardiente, decoración, música, a cuya compra los comuneros<br />
contribuyen con cuotas en dinero que se fijan en la asamblea comunal.<br />
Estas cuotas también alimentan la caja de los premios que se ofrecen en<br />
los campeonatos inter-comunales.<br />
Satisfacción del gusto en las actividades,<br />
satisfacción del gusto en el consumo,<br />
estándar de vida bosquesino y la noción de<br />
“inversión”.<br />
Observamos que la cantidad de producción invertida en las<br />
diferentes esferas de consumo, inclusive el mercado, corresponde a la<br />
satisfacción de ciertos gustos y necesidades básicas que definen el estándar<br />
de vida del bosquesino en la comunidad de hoy. Existe cierto balance (o<br />
“equilibrio”) entre la satisfacción del gusto en las actividades variadas a las<br />
que el bosquesino se dedica y la satisfacción de sus gustos de consumo.<br />
Llamamos este balance el estándar de vida bosquesino.<br />
Lo propio de este balance (“equilibrio”) es que tiene un fuerte poder<br />
de regulación social en un sentido igualitario: todos los bosquesinos<br />
reconocen sus valores personales en este estándar y quien da señales de<br />
sobrepasarlo se vuelve víctima de la envidia. Decimos víctima, porque<br />
cualquier accidente o desgracia que afecte a la familia sobresaliente será<br />
interpretado como acto de maldad o de brujería de algún envidioso,<br />
y para evitar futuras desgracias, esta familia volverá a conformarse al<br />
nivel general del estándar de vida renunciando a las ventajas que había<br />
ganado.<br />
y sajino en ciertas regiones. Su chacra, desde luego, también es una contribución – prevista y aceptada por<br />
las horticultoras – a la alimentación de los animales, los seres de la naturaleza de las purmas y del bosque.<br />
Este consumo limitado de los animales en la chacra es comentado como algo “normal”, que “siempre es así”<br />
y no despierta ni queja, ni rabia en la dueña de la chacra. Sin embargo, cuando la chacra está invadida por<br />
una mayor cantidad de animales (inclusive hormigas curuinsi, larvas etc.), éstos son considerados como una<br />
“plaga” (tradicionalmente atribuida a una maldad, una “brujería” por parte de personas “envidiosas” que<br />
tienen control sobre estas especies) y se los combate por medio de la caza, de trampas, del corte de las partes<br />
agusanadas de los tallos de plátano y, hoy en día, de veneno químico contra los curuinsi.