CIES SOCIEDAD BOSQUESINA - digeibir
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TOMO I:220 • <strong>SOCIEDAD</strong> <strong>BOSQUESINA</strong><br />
Siguiendo aquí con el método del incentivo, retenemos que el diálogo<br />
intercultural es un reto que se plantea no una vez, sino que debe asumirse<br />
a largo plazo durante todo el proceso de la conservación subvencionada.<br />
No se tratará simplemente de imponer un modelo técnico de manejo<br />
concebido por los profesionales urbanos y de imponerlo condicionando<br />
las recompensas al cumplimiento de este modelo, sino de ser capaz<br />
de percibir los méritos conservacionistas de las prácticas bosquesinas<br />
implementadas aun cuando contradicen el modelo técnico. Eso no<br />
excluye que el promotor asuma también una tarea explicativa (p.ej. en<br />
cuanto a las medidas) y vincule el monto de la recompensa a criterios<br />
(p.ej. cuantitativos) claramente establecidos y explicados. El aprendizaje<br />
en el proceso tiene que ser mutuo, por lo que hablamos de un proceso<br />
de interaprendizaje que debe acompañar todo este proyecto de incentivo<br />
y motivar el logro paulatino de la intercomprensión intercultural entre<br />
ambos actores, el urbano y el bosquesino.<br />
El método intercultural del incentivo tiene como objetivo de promover<br />
la conservación y el manejo sostenible de la biodiversidad dentro de un<br />
proceso de interaprendizaje que, por llevar al descubrimiento de nuevas<br />
realidades, amplíe la capacidad de acción de ambos actores involucrados<br />
— el urbano y el bosquesino — y que procure de manera reiterativa,<br />
por un lado, la satisfacción de las aspiraciones bosquesinas que motivan<br />
la continuidad de las actividades de conservación y manejo, y, por otro<br />
lado, la satisfacción profesional del promotor urbano que avanza en su<br />
comprensión de la realidad bosquesina y se ve gratificado por el éxito<br />
de su método (Se trata de revalorar el profesionalismo del promotor<br />
por el gusto de obtener un resultado real en la población rural de su<br />
región, en remplazo de la satisfacción burocrática de haber simplemente<br />
cumplido con tareas formuladas en el papel, pero sin efecto real en la<br />
vida bosquesina, como ocurre con tantos “proyectos de desarrollo” en la<br />
Amazonía).<br />
El contenido del incentivo “recompensa”<br />
Con estas observaciones hemos entrado ya en el aspecto del<br />
contenido del incentivo. Éste es, en primera instancia, monetario y tiene<br />
un componente cuantitativo. Pero esta instancia sólo es pertinente para<br />
el bosquesino en la medida en que procura la satisfacción en una segunda<br />
instancia, la del consumo. Hemos visto que el dinero, de por sí, no tiene<br />
el mismo valor para el bosquesino y el citadino en la medida en que,<br />
para el primero, no es un medio de acumulación de poder. El ahorro no<br />
existe, o eventualmente sólo como medio de práctica de la solidaridad