CIES SOCIEDAD BOSQUESINA - digeibir
CIES SOCIEDAD BOSQUESINA - digeibir
CIES SOCIEDAD BOSQUESINA - digeibir
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
TOMO I:158 • <strong>SOCIEDAD</strong> <strong>BOSQUESINA</strong><br />
libertad de decisión tradicional de las unidades domésticas<br />
y sólo lenta y progresivamente logró obtener efectos de<br />
coordinación, más que ejercer una autoridad central a la<br />
cual los comuneros todos hubieron hecho caso unánimemente.<br />
Hasta hoy en día las autoridades comunales dependen más<br />
de la buena voluntad de los comuneros que de un supuesto<br />
poder de mando para realizar su voluntad y sus propuestas.<br />
Su palabra tiene, además, un peso, aunque limitado, para<br />
disuadir la comunidad de participar en iniciativas sugeridas<br />
desde afuera o entorpecerlas.<br />
En el Bajo Ucayali, en Sta. Rosa, los comuneros, desde los<br />
años 1960 y después de la salida de su patrón, adoptaron<br />
las funciones de teniente gobernador y de agente municipal<br />
para implementar la autoridad comunal. A pesar de que los<br />
fundadores de la comunidad eran todos de origen indígena<br />
(asháninca, yagua, quichua, cocama), no optaron en los años<br />
1970 por una organización como comunidad nativa, sino<br />
como comunidad “mestiza”. Se trataba de personas aisladas<br />
de diferentes pueblos indígenas que se habían reunido con el<br />
interés de trabajar para un patrón, que en los años 1950 los<br />
había llevado al Putumayo y al Bajo Amazonas, de donde<br />
migraron al Napo, y después de vuelta al Ucayali. En este<br />
periplo se habían adjuntado nuevos individuos indígenas<br />
al grupo. El castellano era la lengua de comunicación<br />
generalizada y la cooperación laboral bajo el mando de un<br />
patrón selló la forma de convivencia entre los miembros<br />
de este grupo pluri-étnico. La instauración de autoridades<br />
propias elegidas entre los miembros de la comunidad también<br />
significó una ruptura con el sistema patronal, y, como en el<br />
caso del Ampiyacu, esta autoridad quedó débil y sujeta a la<br />
buena voluntad de las unidades domésticas, cuyas decisiones<br />
— por ejemplo, de no acatar una decisión comunal — se<br />
podía criticar, más no anular por constreñimiento alguno.<br />
Las multas que, en un momento de la historia reciente,<br />
se establecían para familias que rehusaban participar en<br />
trabajos comunales, difícilmente lograron aplicarse y pronto<br />
se olvidaron.