08.05.2013 Views

CIES SOCIEDAD BOSQUESINA - digeibir

CIES SOCIEDAD BOSQUESINA - digeibir

CIES SOCIEDAD BOSQUESINA - digeibir

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

TOMO I:282 • <strong>SOCIEDAD</strong> <strong>BOSQUESINA</strong><br />

satisfecho del empleo del dinero. “Con estos pagos la comunidad está<br />

completamente registrada en el INRENA. Ahora nos toca que hay que ir<br />

cada vez que vamos a mover madera de la comunidad”.<br />

Pero a Samuel Serrano, el presidente de la empresa comunal, se le<br />

ha visto inquieto desde el principio de la reunión, e inmediatamente<br />

interviene con expresión poco amigable. “Ingeniero una pregunta”.<br />

El Ingeniero sabe lo que le van a preguntar y de repente abandona<br />

su expresión segura y confiada, y la cambia por la del niño inocente,<br />

ignorante. “Usted siempre dice que los gastos deben justificarse con boleta.<br />

Y usted está rindiendo cuentas sin boleta. Esta información la gente no<br />

te cree. Usted siempre dice que debe haber información de cuentas con<br />

boleta. Nosotros no vemos boleta, entonces prácticamente que nos estás<br />

engañando”. La acusación es directa, y Samuel, aunque tranquilo, está un<br />

punto indignado. El resto de los comuneros está igualmente tranquilo.<br />

Aunque nadie manifiesta emoción o acusación, está claro que de repente<br />

la reunión ha adquirido un cariz de juicio. La gente está silenciosamente<br />

expectante. Samuel ha hablado alto y claro.<br />

El Ingeniero se ofende, o se muestra ofendido. “No estoy engañando”.<br />

Samuel trata de continuar pero el acusado impone su voz grave y toma<br />

la palabra. Luego explica las razones diversas por las que no tiene el<br />

justificante de pago de cada una de las operaciones. Asegura que el de la<br />

gasolina, no se lo dieron a don Juan. Un montón de boletas los tiene en<br />

los archivos de su oficina o de su casa. “Los honorarios de Mera, yo le<br />

puedo dar. El hospedaje, la dueña no me dio nada. La alimentación…<br />

Tenemos que comer donde más barato es. La gasolina de retorno, don<br />

Juan tiene boleta. El sello, tengo la boleta en mi casa”. Asegura que con<br />

los 650 soles no fueron suficientes, y él tuvo que pagar 50 soles y Juan<br />

15, pero no los van a reclamar. “Yo le voy a entregar la documentación<br />

pendiente. ¿Está bien?” El Ingeniero, con su aplomo de Ingeniero, y su<br />

don de palabra, trata de ser convincente. Por supuesto, los comuneros<br />

están visiblemente disgustados, pero se sigue adelante.<br />

El siguiente asunto es el del despachador, de si es conveniente que<br />

haya un despachador del pueblo o si más bien debería ser el tan nombrado<br />

señor Mera el que haga las gestiones. El Ingeniero hace cuentas en sus<br />

papelones de lo que cuesta movilizar a una o dos personas del pueblo<br />

para que vaya a la ciudad y resuelva el papeleo, y lo compara con lo<br />

que costaría encargarlo al señor Mera. “Nosotros optamos por decirle al<br />

señor Mera que sacara la lista de trozas”. Samuel replica duramente, sin<br />

concesiones. “No le conocemos al señor Mera. Alguien de la comunidad<br />

también puede hacerlo”. Y esto pese a que los gastos son de 300 si se le

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!