CIES SOCIEDAD BOSQUESINA - digeibir
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TOMO I:89<br />
Sin embargo, aún en la vida urbana, existen campos en los que la<br />
habilidad de hablar produce éxito y, desde luego, se lo puede considerar<br />
como un hacer: en la publicidad y el mercadeo, en la religión y en la<br />
estafa. En estos niveles, ciertas formas de discurso inducen conductas y<br />
producen actos (de compra, de adhesión y de contribución financiera).<br />
Pero a diferencia del marco social bosquesino, donde la palabra tiene<br />
une funcionalidad operativa (instrumental) de acción sobre el mundo,<br />
en el medio urbano, la habilidad discursiva es eficiente en el nivel de<br />
las ilusiones, pues produce deseos de consumo (publicidad), creencias<br />
consoladoras (religión) y seducción (estafa). Las relaciones socialmente<br />
producidas (laborales, comerciales, familiares, administrativas, legales),<br />
para que sean consideradas como válidas, es decir reales, deben tomar la<br />
forma escrita.<br />
Quien trabaja en comunidades bosquesinas y quiere implementar<br />
incentivos debe abstraerse de su universo formal urbano basado en lo<br />
escrito y sensibilizarse al funcionamiento real del discurso oral, prestando<br />
la debida atención a los marcos sociales de la palabra comprometida y al<br />
valor operativo instrumental que tiene la palabra en el medio bosquesino.<br />
Por no respetar esta concepción bosquesina del discurso, que relaciona<br />
estrechamente la palabra al acto, los promotores o incentivadores urbanos<br />
pasan a menudo por incumplidos y charlatanes: los bosquesinos admiran<br />
la facilidad y la complejidad de su lenguaje, pero lamentan su poca<br />
eficiencia y productividad (“no cumplen”).<br />
La falta de intercomprensión intercultural a pesar de ser el<br />
castellano la lengua común.<br />
El hecho que la mayoría de los bosquesinos hoy en día hablan<br />
castellano (loretano) da al promotor urbano que llega a una comunidad la<br />
ilusión que fácilmente puede hacerse comprender por los pobladores. Sin<br />
embargo, a pesar de hablar ambos actores castellano, la intercomprensión<br />
entre ellos no se da o sólo parcialmente. Hay varias razones que explican<br />
porque la comunicación entre ellos está trabada y porque no logran<br />
consensuar acuerdos duraderos.<br />
Los promotores – técnicos o ingenieros – tienen una formación<br />
profesional y sustentan sus proyectos y propuestas con términos<br />
profesionales y argumentos técnicos que son ajenos al lenguaje manejado<br />
por los bosquesinos. Ellos se quejan a menudo que el ingeniero usa<br />
palabras que ellos no entienden. Pero más allá de las palabras particulares,<br />
es todo el raciocinio técnico, el bagaje profesional del promotor, que<br />
escapa a la comprensión del bosquesino, ya que no se refiere a sus