12.05.2013 Views

vL Mi 1^1

vL Mi 1^1

vL Mi 1^1

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

DEL GÓLGOTA 275<br />

algo apartados de aquel sitio cuidaban de los bagajes y de los prisioneros,<br />

esperando las órdenes de su amo.<br />

Sin que nadie comprendiera el motivo, seis délos esclavos clavaron<br />

con una prontitud maravillosa sobre la movible arena unos caballetes<br />

de madera en forma íle horcas, yantes de que los espectadores<br />

pudieran darse cuenta de nada, aquellos malvados, ciegos instrumentos<br />

del feroz escaloníta, arrollaron un lazo corredizo á los cuellos<br />

de los infelices Aristóbulo y Filipo, y arrastrándolos con increíble<br />

ferocidad hasta el pié de la horca, fueron colg idos á presencia de<br />

todos, sin que nadie se atreviera á evitar aquel acto de barbarie.<br />

Aquellos desgraciados príncipes lanzaron horribles maldiciones<br />

durante la prolongada agonía de su muerte.<br />

Pero aquel padre bárbaro y cruel, en cuyo corazón no existía<br />

ningún sentimiento bello ni humanitario presenció la ejecución con<br />

indiferencia.<br />

El pueblo y los soldados romanos, tan pronto como comprendieron<br />

lo que allí acontecía, lanzaron un grito de horror.<br />

Entonces Heródes, asomando su cuerpo tanto como pudo por la<br />

portezuela de su litera, exclamó con voz entera y vibrante:<br />

— i Romanos, fenicios, oid! ¡ Esta es la justicia que el rey de<br />

Jerusalen manda hacer en las personas de sus rebeldes hijos i<br />

¡A Jericó! ¡ á Jericó!<br />

Esto dijo Heródes.<br />

Sus palabras helaron de espanto á los ingenuos habitantes de<br />

Berilo y á los rudos soldados del Capitolio.<br />

Luego corrió las cortinillas de la litera y se dejó caer sobre los<br />

mullidos almohadones.<br />

La comitiva se puso en marcha por la via Romana, que cruzando<br />

la Galilea y la Samaría, conducía á la ciudad favorita del idumeo.<br />

Poco después, los dos cadáveres, con el pelo eriza lo, la mirada<br />

\idriosay la faz cárdena y descompuesta, se balanceaban en silencio<br />

sobre las arenas de la playa.<br />

Los cuervos del Líbano olfatearon la carne muerta, y abandonando<br />

sus cóncavas rocas, comenzaron á mecerse sobre las horcas<br />

lanzando estridentes graznidos.<br />

El padre les brindaba al festín con los cadáveres de sus hijos;<br />

pero los habitantes de Berito, repuestos un tanto de su sorpresa,<br />

I. 19

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!