12.05.2013 Views

vL Mi 1^1

vL Mi 1^1

vL Mi 1^1

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

CAPITULO YL<br />

LOS CADÁVERES.<br />

Dímas siguió el consejo de Uríes. Atravesando los senderos más<br />

incultos, llegó al torrente Cedrón á los tres dias, y entrando en la<br />

ciudad sacerdotal por la puerta Judiciaria, se encaminó hacia el bajo<br />

Jerusalen, que era donde habitaba el cuchillero.<br />

El confiado artífice se hallaba ocupado en sacar punta á un puñal,<br />

con el pecho inclinado sobre una muela, y bien lejos por cierto de<br />

imaginar que su deudor viniera á interrumpirle en su trabajo.<br />

— La paz de Dios sea contigo, — le dijo Dímas entrando.<br />

El cuchillero levantó lá cabeza, sin suspender el balanceo del pié<br />

derecho que hacia girar la rueda, y fijó una mirada indiferente en<br />

el joven.<br />

— ¿ No me conoces? — le preguntó Dímas.<br />

— Creo haberte visto en alguna parte.<br />

— Hace quince dias, en este mismo sitio, me prestaste un favor, y<br />

vengo á pagártelo.<br />

— ¡ Ah! — exclamó el cuchillero, recordando la escena que ya conocen<br />

nuestros lectores.<br />

— Sí, yo soy el joven á quien le vendiste al fiado un cuchillo damasquino<br />

cuyo precio era dos sidos.<br />

— Y ahora recuerdo — dijo á su vez el vendedor — que tú meofreciste...<br />

— Veinte onzas romanas. Aquí las tienes,—repuso Dímas sin dejarle<br />

acabar.<br />

Y sacó de una bolsa de cuero bastante repleta las monedas indicadas,<br />

que fué dejando sobre una tabla mugrienta que se hallaba<br />

junto á la muela.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!