12.05.2013 Views

vL Mi 1^1

vL Mi 1^1

vL Mi 1^1

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

EL MÁRTIR DEL GÓr.GOTA 289<br />

Una sonrisa feroz apaieció en sus lalji(js.<br />

— Cingo.,. ¿ eres tú ? ¡ Ah I Gracias á Moloc, vuelves por fin.<br />

— Estás obedecido.<br />

—¿ Todos?<br />

— Todos, — respondió el esclavo con su acostumbrado laconismo.<br />

— ¡ Ah!<br />

Heródes exhaló un profundo suspiro desde el fondo de su corazón.<br />

— Si hemos de dar crédito á una de las mujeres que se quedó llorando<br />

en Belén, — volvió á decir Cingo con una frialdad cruel,—<br />

el rey de Judá no debe inspirarte el menor recelo: hé aquí su cabeza.<br />

Y el esclavo, desdoblando la punta de su manto, presentó la cabeza<br />

del niño que tan cruelmente habia arrebatado de los brazos de la<br />

última 1)( lemita.<br />

Ileródes ¡lejó aquel miembro insepulto sobre una mesa, y comenzó<br />

á examinarle en silencio.<br />

Las vidriosas pupilas del idumeo se fijaban con una tenacidad<br />

extraña en el lívido semblante de aquella cabeza ensangrentada.<br />

De vez en cuando se restregaba los ojos, como si algún estorbo<br />

le impidiera examinar á su placer aquellas facciones inanimadas.<br />

— ¡ Es extraño! — murmuró después de una pausa. — Se me<br />

figura que yo he visto esta cara antes de ahora,<br />

Cingo nada decia. Orgulloso con haber desempeñado tan fielmente<br />

la terrible misión de su señor, esperaba impasible la recompensa<br />

que, según costumbre, debía seguir al servicio prestado.<br />

Heródes, piv ocupado siempre con el examen de la cabeza, y como<br />

si una duda le atormentara, cogió por los cabellos ensangrentados<br />

el cráneo del niño y acercóse á la ventana, como si quisiera con los<br />

últimos rayos del,sol poniente que iban ámoi'ir, desvanecer las dudas<br />

que sentia.<br />

En este momento alzóse el pesado tapiz que cubría la puerta, y<br />

una mujer, pálida, ensangrentada y con los ojos hinchados por el<br />

llanto, se presentó en la sala.<br />

La mujer lanzó un rugido al reconocer á Cingo.<br />

Heródes volvióla cabeza

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!