12.05.2013 Views

vL Mi 1^1

vL Mi 1^1

vL Mi 1^1

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

DEL GÓLGOTA 285<br />

guntas, ahogando un doloroso gemido, salió del atrio avergonzado<br />

de sí mismo, y se encaminó, ocultándose en la sombra, á la ciudad<br />

de David.<br />

Conforme iba alejándose déla casa del pontífice, su paso era más<br />

precipitado, su respiración más fatigosa.<br />

Cuando llegó á la rápida pendiente de la puerta de Sion, casi<br />

corría.<br />

Cruzó por delante del Hipódromo, dejó á su derecha la escalera del<br />

monte Moria, donde habia un grupo de ancianos comentando sin<br />

duda el acontecimiento de la noche.<br />

La bolsa que colgaba del cinto del apóstol traidor hacia sonar en<br />

su fondo las treinta monedas de plata.<br />

Cuanto más corría, más lúííubre v amenazador era el arí?entlno<br />

sonido de las monedas, que levantaba un eco doloroso en el corazón<br />

del miserable.<br />

Judas reconoció en aquel grupo de ancianos á algunos de los<br />

jueces del Sinedrio, y se detuvo.<br />

Una horrible sonrisa apareció en sus labios.<br />

Susojos brillaban de un modo siniestro.<br />

Gruesas gotas de sudor caian de su frente, y el pelo y la barba se<br />

le erizaban por momentos.<br />

— Ved al que le ha vendido, — dijo uno de los ancianos que se<br />

hallaba en las gradas del templo.<br />

— Sí, yo he sido el infame, el miserable, el traidor. Pero este dinero<br />

me quema las manos : tomadle; para nada le quiero.<br />

Judas alargó la bolsa á los ancianos; pero ellos retrocedieron<br />

mostrando su repugnancia.<br />

— Ese dinero es tuyo, — le dijo uno, — Tú le has ganado : nosotros<br />

no podemos admitirlo.<br />

— Pues bien, yo le ofrezco como una dádiva al templo, — repuso<br />

el hombre.<br />

— Esa dádiva mancharla la dignidad del Santo de los Santos.<br />

— ¡Admitid, miserables ! —les gritó Judas. —¿ Qué mayor mancha<br />

para el Dios invisible de Israel que vuestras oraciones?<br />

Y diciendo esto, arrojó las monedas á los piés de los sacerdotes,<br />

y bajando los escalones del templo, se dirigió deses¡)eradamente<br />

hacia la puerta Dorada,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!