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DEL GÓLGOTA 21<br />

con la misma facilidad tenderé la mano para prohijarte que para<br />

exterminarte.<br />

— No he de olvidarlo. Ahora dame tu permiso para partir; antes<br />

de cuatro dias la luna estará en su lleno, y desde aquí á Jerusalen<br />

hay tres jornadas largas.<br />

-^ La paz de Dios sea contigo durante el viaje, — contestó el<br />

anciano.<br />

Y luego, dirigiéndose á uno de los bandidos, continuó :<br />

— üríes*, acompaña á este muchacho por el subterráneo al<br />

camino crucero de los romanos.<br />

— ¿Le vendamos los ojos? — preguntó Uríes á su capitán.<br />

Abaddon miró un instante á Dímas, y este mantuvo aquella<br />

mirada con tanta nobleza, con tal serenidad, que el capitán, dirigiéndose<br />

al bandido, contestó :<br />

— No es necesario : yo fio en su palabra; pero llévale por el<br />

camino largo.<br />

Uríes alzó la trampa, y desapareció por ella, seguido de Dímas.<br />

Ambos caminaron por espacio de media hora por un subterráneo.<br />

El camino era oscuro, la atmósfera pesada y salitrosa, y enfriaba<br />

con sus vapores las sienes de los dos caminantes.<br />

— ¡ Por Jacob! — exclamó Dímas, — que si no me das la mano<br />

para guiarme, creo que voy á dejar los sesos en alguna de estas rocas<br />

que amenazan caer sobre nuestras cabezas.<br />

— Toma, y sigúeme sin miedo; el piso es suave, y la bóveda es<br />

tan alta, que Goliat y Saff, si viviesen, podrían pasar sin inclinar<br />

la cabeza,<br />

Y diciendo esto, el bandido le alargó la punta de su capa ó<br />

manto, que Dímas cogió.<br />

De vez en cuando el joven aventurero sentía sobre su rostro<br />

un airecillo fresco, lo que le indicaba que algunos agujeros practicados<br />

en la roca permitían la renovación del aire en aquella<br />

galería subterránea.<br />

— ¿Son respiraderos esas ráfagas de viento q' c se perciben de<br />

vez en cuando? — prea.intó con naturalidad Dímas.<br />

— Son caminos que conducen á otras salidas. ¡ Oh ! Si los soldados<br />

1. Fuego del cielo.

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