libro voces de la otredad

Las voces de la Otredad
de un auténtico modelo político – pedagógico, testimonia sus convicciones
educativas. Miles de conferencias por todo el mundo, numerosas publicaciones,
docenas de doctorados Honoris Causa y numerosos premios incluyendo el
de la paz de la UNESCO en 1987, todo acompasado con su cátedra en la
Universidad de Recife y su militancia en el Partido de los Trabajadores, al
cual perteneció siempre, dejan clara e imperecedera la rúbrica de su trasegar
vital y su docencia.
A sus 70 años Freire seguía disfrutando de la vida, predicando la fuerza
del diálogo y “el ser más a través del ejercicio del servicio y el amor”,
defendiendo la necesidad del compromiso personal con los desheredados y
reelaborando sus ideas sobre Educación Liberadora desde el Instituto de Sao
Paulo. Allí, continuamente se preguntaba: ¿Qué tipo de educación necesitan
los hombres y las mujeres del siglo XXI para vivir dignamente en un mundo
tan complejo asediado por los nacionalismos, el racismo, la intolerancia, la
discriminación, la violencia y un individualismo que raya en la desesperanza?
El epítome metódico de este humanista cristiano vinculado a movimientos
genuinamente latinoamericanos como el de la Teología de la Liberación,
se resume así: alianza entre teoría y práctica; pensar una realidad y actuar
sobre ella; sintonía con el universo verbal popular; búsqueda de las “palabras
generadoras” auscultando en la riqueza silábica su sentido vivencial;
codificación de las palabras en imágenes visuales que estimulen el tránsito
de la cultura del silencio a la conciencia cultural creativa y transformadora
(ideogenomatesis)…
Problematización del escenario cultural concreto; recodificación crítica
y creativa para lograr asumirnos como sujetos protagónicos de nuestro
propio destino, actores y autores de su propio drama existencial… Todo ello
para forjar la utopía: “hacer un mundo menos grotesco, menos malvado,
menos deshumano”, vivir una práctica liberadora personal y comunitaria
fundamentada en el amor y la esperanza e indignarse por la injusticia que no
debe envolverse en el sofisma agridulce de las palabras, demarcadoras de su
sentido alienante y desvivencial.
Un dos de mayo de 1997 nos abandona y con su partida se queda en la
memoria y en la conciencia personal y colectiva de los hombres y mujeres
libres de América sus grandes reflexiones: la presencia de la ausencia nos
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