11.05.2016 Views

libro voces de la otredad

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Las <strong>voces</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Otredad<br />

¿Debe el ciudadano renunciar a su conciencia, siquiera por un momento o en el<br />

menor grado a favor <strong>de</strong>l legis<strong>la</strong>dor? ¿Entonces por qué posee conciencia el hombre?<br />

Pienso que <strong>de</strong>bemos primero ser hombres y luego súbditos. No es <strong>de</strong>seable cultivar<br />

tanto respeto por <strong>la</strong> ley como por lo correcto. Se ha dicho con bastante verdad que<br />

una corporación no tiene conciencia, pero una corporación <strong>de</strong> hombres conscientes<br />

es una corporación con conciencia. La ley jamás hizo a los hombres ni un ápice más<br />

justos; a<strong>de</strong>más, gracias a su respeto por el<strong>la</strong> hasta los más generosos son convertidos<br />

día a día en agentes <strong>de</strong> injusticia.<br />

Un resultado común y natural <strong>de</strong>l in<strong>de</strong>bido respeto por <strong>la</strong> ley es que se pue<strong>de</strong> ver una<br />

fi<strong>la</strong> <strong>de</strong> soldados: coronel, capitán, cabo, soldados, dinamiteros y todo, marchar en<br />

admirable or<strong>de</strong>n cruzando montes y valles hacia <strong>la</strong>s guerras, contra su voluntad, sí,<br />

contra su propio sentido común y su conciencia, lo que convierte esto, <strong>de</strong> veras, en<br />

una ardua marcha <strong>de</strong> corazones palpitantes. No abrigan <strong>la</strong> menor duda <strong>de</strong> que están<br />

<strong>de</strong>sempeñando una ocupación <strong>de</strong>testable teniendo todos inclinaciones pacíficas”.<br />

Henri David Thoreau. Fragmento <strong>de</strong> “La <strong>de</strong>sobediencia civil”, conferencia<br />

publicada en 1848.<br />

“Nadie pue<strong>de</strong> ser un observador imparcial o sabio <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida humana si no se apoya<br />

en lo que nosotros <strong>de</strong>beríamos l<strong>la</strong>mar pobreza voluntaria. El fruto <strong>de</strong> una vida <strong>de</strong><br />

lujo es el lujo, ya sea en agricultura, comercio, literatura o arte. Hoy en día hay<br />

profesores <strong>de</strong> filosofía, pero no filósofos. Sin embargo, es admirable profesar<strong>la</strong> porque<br />

una vez fue admirable vivir<strong>la</strong>. Ser un filósofo no es sólo tener pensamientos sutiles,<br />

ni siquiera fundar una escue<strong>la</strong>, sino amar <strong>la</strong> sabiduría y vivir <strong>de</strong> acuerdo con sus<br />

dictados una vida <strong>de</strong> sencillez, in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, magnanimidad y confianza.<br />

Es resolver ciertos problemas <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida, no sólo en <strong>la</strong> teoría, sino en <strong>la</strong> práctica. El<br />

éxito <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s académicos y pensadores es por lo general un éxito cortesano,<br />

no regio ni varonil. Cambian para vivir sólo por conformidad, prácticamente como<br />

sus padres, y no son en modo alguno los progenitores <strong>de</strong> una raza <strong>de</strong> hombres más<br />

nobles”.<br />

Henri David Thoreau.<br />

320

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!