libro voces de la otredad

Las voces de la Otredad
Se cuenta cómo Napoleón creó todo un dispositivo mediático (“Le Courrier
de l´armée d´Italie”) coordinado por el general Boulanger quien advierte:
“Está en todos lados, Él lo ve todo; es el enviado de la Gran Nación”. Cuando
la reina Victoria le pregunta al político británico Benjamin Disraeli el misterio
de su fabuloso éxito, él responde: “No me niego nunca, no contradigo
jamás y olvido algunas veces”. Curiosamente, en otro momento sostiene:
“El mundo está harto de estadistas a quienes la democracia ha degradado
convirtiéndolos en políticos”. Según Teodoro Roosevelt, el primer presidente
mediático de la historia norteamericana, había que seducir primero a los
medios de comunicación “ya que es aprendiendo a usarlos cómo se logra
construir una sólida y durable popularidad”.
El texto del sociólogo francés Gustavo Le Bon (“De la psicología de las
masas”, 1895), clásico que inspiró a Hitler y Musollini, habla de la relación
existente entre un líder y su grey: en un acto febril e irracional, ésta “pierde
su libre albedrío” y se abandona a un mundo imaginario donde se obnubila
su conciencia crítica “y reina la más estúpida credulidad”. Aquí el discurso,
mezcla de opiniones simplistas e imágenes evocadoras, espejo que sólo refleja
mezquinos intereses, se impone más por las esperanzas que engendra que
por los razonamientos que invoca. Éstos se proyectan hacia “aquella región
inconsciente donde nacen las emociones que generan los pensamientos”.
Quien seduce “gusta por su persona mucho más que por sus palabras”,
concluye.
Los textos freudianos de “Psicología colectiva”(1921); “La rebelión de las
masas” (1929) del filósofo español José Ortega y Gasset; “El miedo a la
libertad” (1941) del psicólogo social alemán Erich Fromm; “Las 48 leyes del
poder” (1998), del escritor estadounidense Robert Greene, libro basado en
“El príncipe” de Maquiavelo; “Una historia de seducción política” (2011)
y “Armas de seducción masiva” (2013) del historiador francés Christian
Delporte, son nuestros compañeros de viaje por los sinuosos caminos de la
seducción política.
Golda Meir, Margaret Thatcher, Eva Perón, Benazir Bhuto, Corazón
Aquino y Angela Merkel; Francisco Franco, José Stalin, Leonid Brezhnev,
los Roosevelt, Charles de Gaulle, John F. Kennedy, el clan Gandhi, Idi Amín,
Mao Tse Tung, Fidel Castro, Mijail Gobarchov, Francois Miterrand, Jasser
Arafat, Nicolás Sarkozy, Nelson Mandela, Muamar el Gadafi, Hugo Chaves,
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