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libro voces de la otredad

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Las <strong>voces</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Otredad<br />

XI. PEDAGOGÍA SOCIOPOLÍTICA.<br />

ESBOZOS PROXÉMICOS<br />

A. ANECDOFABULARIO<br />

APRENDER<br />

“No hace muchos años empecé a tocar el violonchelo. La mayoría <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

gente diría que lo que estoy haciendo es “apren<strong>de</strong>r a tocar” el violonchelo.<br />

Pero estas pa<strong>la</strong>bras traen a nuestras mentes <strong>la</strong> extraña i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que existen dos<br />

procesos distintos: Apren<strong>de</strong>r a tocar el violonchelo, y tocar el violonchelo.<br />

Suponen que haré lo primero hasta completarlo y en ese punto <strong>de</strong>jaré el<br />

primer proceso para empezar el segundo. En suma, seguiré “aprendiendo<br />

a tocar” y <strong>de</strong>spués empezaré a tocar. Por supuesto esto es absurdo. No hay<br />

dos procesos sino uno. Apren<strong>de</strong>mos a hacer algo haciéndolo. No hay otra<br />

manera”.<br />

Jobn Holt. “Choco<strong>la</strong>te Caliente para el Alma”.<br />

MUNDO PREHISTÓRICO<br />

Una antigua leyenda cuenta que los hombre prehistóricos llevaron a su familia<br />

a vivir en una cueva para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r<strong>la</strong> <strong>de</strong> todos los peligros <strong>de</strong> <strong>la</strong> naturaleza:<br />

los animales, <strong>la</strong>s inclemencias <strong>de</strong>l tiempo… Pero, sobre todo, se refugiaron<br />

allí para protegerse <strong>de</strong> su incertidumbre: no sabían explicarse quiénes eran ni<br />

por qué estaban en el mundo. Tenían miedo a existir y a no saber lo que les<br />

<strong>de</strong>pararía el mañana. Por eso buscaron en <strong>la</strong> semioscuridad <strong>de</strong> esas cuevas<br />

cobijo y seguridad y hasta un escenario para interpretar su mundo espiritual.<br />

Como prueba <strong>de</strong> ello están <strong>la</strong>s cuevas <strong>de</strong> Altamira y Lascaux.<br />

Pero se equivocaron. A <strong>de</strong>más <strong>de</strong> ser frías y húmedas, en el<strong>la</strong>s vivían<br />

feroces animales que <strong>de</strong>voraban a todos los miembros <strong>de</strong> su familia. Solos<br />

y <strong>de</strong>rrotados, aquellos hombres <strong>de</strong>cidieron aceptar su condición ontológica,<br />

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