libro voces de la otredad

Las voces de la Otredad
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA
VIII
Invitas a tus muchachos a tener más criterios y carácter que memoria,
defender con fiereza y sin reato alguno, nuestras pasiones raciovitales
creyendo en la enorme bondad de la utopía que descubre en el horizonte
no un fin en sí mismo y al cual llegar, sino una posibilidad de caminar.
Exhortas testimonialmente que, a pesar de la angustia y el sufrimiento
que embarga a nuestra gente, debemos reconocernos en esa bella fuerza
redentora y psicomágica de tus filosofemas donde nos reafirmas a diario
que luchar es vivir y que al hacerlo, debemos aceptarnos tal como somos.
Predicas que lo menos que podríamos hacer en beneficio de ese alguien,
al buscar para él la paz y el bien, es comprenderlo desde la receptividad
y la vivencia, y que la verdadera dignidad y grandeza consiste en hacer
que todos, de alguna forma y sin importar quién, sean dignos y grandes.
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