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filosofia_austera_racional.pdf (4,7 MB) - Webnode

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Joaquín Trincado<br />

sino que el acto sea realizado (ejecutado), entrando entonces bajo el dominio<br />

de la voluntad realizada: en ese caso los movimientos constitutivos del<br />

acto, se denominan espontáneos, pero sólo para distinguirlos de los reflejos<br />

y automáticos.<br />

Más si los motivos son varios, pero no concurrentes; es decir, que se<br />

presentan en pugna, hay entonces una evolución en la voluntad y manifiesta<br />

nuevos fenómenos.<br />

Todo esto es lo general y principal perteneciente al «Psiquismo-motor<br />

pro y contrario», y necesitamos saber la procedencia de los motivos contrarios<br />

o alterantes que pueden sobrevenir, mientras está latente un impulso volitivo.<br />

Suponemos el caso frecuente de un golpe recibido por la espalda, que<br />

nos produce en el acto, un sentimiento colérico acompañado de un impulso<br />

agresivo contra el causante. Pero resulta que es un amigo que nos gasta una<br />

broma pesada: esta percepción constituye un motivo que en forma de afecto,<br />

se opone al impulso predominante. Más supongamos también que al darnos<br />

vuelta para ver al agresor, nos encontramos con un enemigo peligroso y más<br />

fuerte, y entonces también se interpone otro motivo capaz de detenernos,<br />

dominando el impulso agresivo que tuvimos.<br />

En estos dos casos, ha habido un juicio previo instantáneo; bien por<br />

la amistad, motivo capaz y eficiente para cambiar en risa la cólera; ya por<br />

la imposición del enemigo más fuerte que nosotros y el instinto de conservación,<br />

nos impone la prudencia.<br />

En los dos casos, se revela un juez de esos actos, muy experto, que<br />

no puede ser la materia animal nuestra por pura que sea, porque siempre<br />

su instinto es, la venganza; pero que cuando está ordenada y regida por su<br />

mayor espíritu, Juez específico, se interpone al instante por la amistad o por<br />

la prudencia y evita un mal mayor.<br />

Para el caso precitado ocurre que, surgen en la mente instantáneamente,<br />

las imágenes del efecto y consecuencia que traería la disputa, la riña y el<br />

escándalo de la participación de la justicia; y cada una de estas imágenes,<br />

hace el papel de un prudente policía, que evita los hechos consecuentes de<br />

una revolución externa. Su mediación, ha generado motivos contrarios o<br />

atenuantes del impulso volitivo.<br />

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