05.09.2022 Views

Sexual Personae - Camille Paglia

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

durante milenios, una percepción de lo místico y lo misterioso, un hieratismo

pagano que vuelve a florecer con el catolicismo, con sus imágenes

policromadas de los mártires, su osamenta sagrada guardada en las aras de sus

iglesias y sus cadáveres momificados expuestos al público. Recientemente, en

un capilla napolitana conté ciento doce cofres de oro y cristal, apilados

formando una especie de pared transparente del suelo al techo, que contenían

los polvorientos huesos de otros tantos santos. En otra iglesia encontré una

pintura que representaba el destripamiento público de un santo, cuyos

intestinos estaban siendo metódicamente enrollados en un inmenso artilugio

parecido a un rodillo de pasta. Clavados en los muros interiores de muchas

iglesias, con una profusión similar a la de un banco de pescado, se ven

miniaturas en plata u otros metales de orejas, narices, corazones, pechos,

piernas, pies y otras partes del cuerpo: exvotos ofrecidos por los fieles en

busca de curación o en agradecimiento por ella. El catolicismo italiano a la

antigua, que hoy en Estados Unidos pretende no conocer esa clase media

descendiente de inmigrantes italianos que sólo aspira a convertirse en

verdadera WASP, estaba profundamente impregnado de la poesía telúrica del

paganismo. La imaginación italiana es oscura y arcaica. Oye las voces de los

muertos e identifica las pasiones y los tormentos del cuerpo con los espíritus

dormidos de la madre tierra. Ha pervivido un pequeño fragmento ritual de un

culto mistérico del sur de Italia. Dice así: «Entré en el regazo de la reina del

Mundo de los muertos». Creo que lo entiendo con todo mi ser, con cada fibra

atávica de mi cuerpo; entiendo esa pagana combinación de anhelo, lujuria,

temor, éxtasis, resignación y reposo. Es la sublimación demónica.

De haber una dialéctica apolíneo-dionisíaca en Roma, habría que buscarla

en la tensión entre el individuo y el grupo. Éste es el tema de los cuatro

primeros libros de la Eneida, simbolizados por el rojo y el oro. El rojo carnal

denota emoción, sexo, la vida en el cuerpo aquí y ahora. El oro imperial es el

futuro romano, glorioso y violento. El sumiso Eneas debe endurecerse y

limitarse. Lleva a la espalda no sólo a sus antepasados, sino también la

posteridad toda. El oro apolíneo vence al rojo dionisíaco, llameante en la pira

funeraria de Dido. Tanto en Homero como en Virgilio, la mujer es un

obstáculo para la hazaña heroica. El periplo épico debe liberarse de las

cadenas y dilaciones femeninas. Las mujeres troyanas queman las naves, y

Dido convierte a Eneas en su consorte.

La mitad del destino de Eneas, se dice al inicio del poema, es encontrar a

la verdadera esposa, Lavinia, es decir, emparentar con las familias italianas.

Pero Lavinia, a diferencia de Penélope, va perdiendo importancia a medida

Página 158

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!