05.09.2022 Views

Sexual Personae - Camille Paglia

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

El problema de Estados Unidos con el sexo comienza con la eliminación

de la maternidad de la cosmología protestante. Los cultos marianos

medievales eran y son una supervivencia pagana que el Protestantismo, fiel al

cristianismo primitivo, no acepta. Pero la ausencia de la madre en los valores

de los pioneros americanos limitó la imaginación de un pueblo que vivía en

una íntima unión con la naturaleza. Una sociedad enamorada del futuro

erradica la persona de la madre porque la madre es el pasado, el estado de

permanencia. Como ya he indicado con respecto al byronismo, Estados

Unidos es una tierra de transeúntes y transitoriedad, de movimiento hacia

delante y a través. En la fabricación ilustrada de sí misma, América rechazó lo

arcaico, dejando un vacío simbólico que vienen a llenar, en parte, los indios

nativos y los negros. El Romanticismo inglés, un culto neopagano de los

arquetipos sexuales, llegó como una segunda revolución, que vino a

demonizar la literatura americana. El primer artista que lo registra

completamente es Poe, que introduce en América la persona de la mujer

misteriosa. Sus mejores relatos son versiones narrativas de La rima del

anciano marinero y de Christabel de Coleridge, que, a su vez, estaban

inspirados en el Faerie Queen de Spenser. Así, lo que intentaremos rastrear

en los decadentistas americanos es cómo actúa en ellos el paganismo del

Renacimiento italiano, un estilo que explotará Emily Dickinson en su libertina

manera de corromper con el catolicismo el protestantismo de Nueva

Inglaterra.

Los cuentos de Poe son más románticos que góticos debido a la profunda

identificación del autor con sus narradores. Sus mujeres se llaman de muchas

maneras, pero sólo hay un narrador, una voz. La «persona» de Poe, o

Magister Ludi, es la de la «heroína masculina» (o «varón-heroína») que sufre

pasivamente. Sus personajes femeninos más importantes, Berenice, Ligeia y

Morella, esbeltas, hermosas y extrañamente eruditas, son todas versiones de

Geraldine, el vampiro de Coleridge, que se le aparece en medio de la noche a

una desfallecida Christabel. Pero no hay transmutación sexual y, por lo tanto,

tampoco hay fantasía lésbica. A diferencia de Coleridge, Balzac, Baudelaire y

Swinburne, Poe mantiene el género de sus héroes. Y exige un abierto

sometimiento masculino al poder femenino. Sus mujeres son divinidades

hermafroditas, múltiples caras de la Venus negra. Huysmans, con su intuición

francesa, advierte que las mujeres de Poe son «asexuadas»: poseen unos

«inertes pechos de muchacho, como los ángeles». [2]

En Poe no hay instinto sexual per se. Su erotismo reside en los

paroxismos de sufrimiento, en el sometimiento extático y enardecido a las

Página 674

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!