05.09.2022 Views

Sexual Personae - Camille Paglia

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

licuefacción, no significa una aniquilación de la conciencia, sino un

enriquecimiento de la imaginación, un nuevo paraíso.

Pero la gran literatura y el gran arte nunca son afirmativos. O, más bien, la

afirmación es una forma de rehuir la negación. Celebramos a fin de vencer

sobre otra cosa, algo que no controlamos. De todos los artistas occidentales,

Rafael y Keats son los más próximos a esa benevolencia total. Pero ambos

competían con la generación que les había precedido, una generación de

titanes meditabundos, sus padres artísticos. ¿Escogieron Rafael y Keats

enmascarar a las personas del sexo? Se libraron por el procedimiento de

parecer demasiado generosos para enfrentarse a ellos. Tomemos Lamia, el

poema de Keats en el que una vampiro-serpiente aprisiona a un hombre en

una casa de la ilusión. La imaginación es peligrosa, pero la razón,

representada por Apollonius, es demasiado rígida. La crítica ha tendido a

identificar a Apollonius con el filósofo alejandrino de la Anatomía de la

melancolía de Burton. Pero en la mitología latente del poema, Apollonius es

Apolo, que mata a la Serpiente Pitón en Delfos. Lamia es una recapitulación

de la Orestíada, donde Apolo triunfa, como nunca lo puede hacer en el

Romanticismo. Bush cita el Christabel de Coleridge como influencia

fundamental en Lamia. Entre Christabel y Lamia hay, sin embargo, una

monumental transformación en el tono. El horror y la amenaza ctónica ceden

ante la inteligencia y la melodiosidad. Lamia es un poema polémico y

propiciatorio; convierte a la hembra arquetípica en una euménide, una

«amable». Se respeta su demonismo, pero se lo mantiene a distancia, en una

posición más segura con respecto a la psique. Lamia, una maníaca sexual

asesina de hombres, es hermosamente reimaginada hasta que brilla, de una

forma harto imposible, cual Madonna de Rafael. El encanto keatsiano es el

aura de Lamia, el blando nido de los mejores deseos del poeta.

Las cartas de Keats a Fanny Brawne mientras escribía este poema, que en

parte está inspirado por ella, revelan claramente la turbulencia que Coleridge

expresa en Christabel, pero que Keats oculta o transforma en Lamia. La

biografía de Keats de Walter Jackson Bate (1963) es uno de los grandes libros

de nuestro tiempo, un libro que cuenta con la fuerza y el empuje de una

novela decimonónica. Pero el texto de Bate, tan conmovedoramente cierto

durante quinientas páginas, se viene abajo cuando trata de las cartas de Keats

a Fanny Brawne. Están escritas durante el periodo más fecundo del poeta. Y,

sin embargo, las cartas rebosan unos celos y una hostilidad obsesivos. Bate no

sabe qué hacer con los celos y sugiere que Keats los finge. La benevolencia

de Keats era ya una convención aceptada por toda la crítica, de modo que era

Página 459

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!