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Sexual Personae - Camille Paglia

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alcanza su perfección formal por obra de su rendición incondicional ante el

género. Cuando Safo, como la enfurecida Cleopatra, salta de una a otra

fantasía sádica, la viveza y el vigor del lenguaje radican en el hecho de que es

el propio cuerpo de Swinburne el que está siendo mentalmente manipulado

por la dominadora. La metáfora de Safo del cuerpo de Anactoria cual «lira de

agonías impecables» es significativa en este sentido. Nos encontramos ante el

topos seminal de la lira eólica, tañida aquí por la cruel Safo como

representante de la Naturaleza. Anactoria es una lira porque es el romántico

Swinburne con un disfraz transexual. Mientras que Shelley invoca a un

masculino Viento del Oeste para soplar con él, Swinburne invoca al maléfico

demon lésbico de Coleridge. Este pasaje constituye el corazón de la poesía de

Swinburne. Es una alegoría de su proceso creativo: vemos lo más profundo de

su alma, la música dolorosa de su poesía que sale trabajosamente a la luz por

mediación de una oculta «médium» que actúa cual musa de una jerarca

femenina. Swinburne, un Orfeo mutilado, abandonado en Lesbos, pinta como

autorretrato las más maravillosamente perversas liras eólicas del

romanticismo. ¿Por qué se titula el poema Anactoria en vez de Safo? Aunque

es posible que esté presente, igual que la femenina Hipólita de Baudelaire,

Anactoria es invisible. Nunca habla y nunca se la nombra. Es tan muda como

Christabel bajo el conjuro del vampiro. Mi principio de metatesis sexual

resuelve este problema. Anactoria toma su título de la propia «persona» entre

dos sexos de Swinburne. ¡Autor, autor! El poeta está oculto bajo un velo en el

centro del escenario.

A diferencia de Baudelaire, Swinburne estaba fascinado por aquellos modos

no ctónicos de la belleza hermafrodita. «Fragoletta» está dirigida a la heroína

bisexual y travestida de Henri de Latouche. La Fragoletta «asexual»

personifica el misterio del género. Como Cupido, es ciega. En primer lugar

porque su doble naturaleza la despersonaliza; y en segundo, porque encierra

crueldad y solipsismo. La forma interrogativa del poema está inspirada en el

«Contralto» de Gautier. Swinburne saborea la estimulante juventud de

Fragoletta: «Tu dulce pecho, tu pelo recortado, / tu cuerpo delgado y tus más

esbeltos pies, / tu extraño aire virginal…». Esta andrógina está lejos de su

marmórea arpía Faustine, que trae a nuestra cabeza la imagen retorcida de la

Noche de Miguel Ángel. Fragoletta es una adolescente perversa, muda, pasiva

y sensualmente vacía. Tiene el lánguido malhumor de un niño autista. Su

debilidad es la de una civilización en fase de decadencia.

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