05.09.2022 Views

Sexual Personae - Camille Paglia

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

¿Es impropio que una reina berree? Los seres dionisíacos subvierten la

jerarquía. Como descendiente de italianos, no tengo mucho problema en

reconciliar la violencia con la cultura. Rousseau abrió una brecha entre la

agresividad y la cultura, que estaban tan coloridamente unidas en el

Renacimiento. La energía pugilística de Cleopatra va acompañada por una

imaginación sádica y por unas metáforas demónicas, en las cuales los ojos son

tratados a puntapiés, como balones de fútbol, y los cuerpos azotados y

sumergidos en salmuera (II, v, 54, 55). Shakespeare nos muestra el turbulento

proceso de emoción-acción del andrógino dionisíaco. El lenguaje chisporrotea

como aceite hirviendo. Los furibundos parlamentos de Cleopatra resultan más

chocantes a los oídos anglosajones que a los mediterráneos. Una especie de

salvaje vehemencia en el habla es común entre los pueblos del sur, debido a la

cercanía de la agricultura y la supervivencia de la intensidad pagana. Quienes

viven de la tierra o junto a la tierra reconocen la amoralidad de la naturaleza.

Las sádicas imágenes de Cleopatra suenan normales en términos italianos.

Mis parientes inmigrantes italianos solían decir expresiones como «ahí te

mueras» o «que te zurzan». Según mi padre, ciertas expresiones italoamericanas

tomaron la forma che te possono. De ahí expresiones como «ojalá

te saquen lo ojos», «ahí tengas que arrastrar la lengua por el suelo», «que te

folle un pez espada», etcétera. La similitud con el estilo retórico de Cleopatra

es obvia. La tortura y el homicidio son inmediatamente accesibles a la

imaginación mediterránea.

Decía antes que los impulsos dionisíacos son sádicos, pero el término

adecuado es sadomasoquistas, es decir, activos y pasivos. Si se la provoca,

Cleopatra se deja llevar en raptos de imaginación masoquista. Es la

compensación psíquica de su agresividad, lo que Heráclito denomina

enantiodromia, «correr hacia su contrario». Cuando Marco Antonio le dice

que tiene «un corazón de hielo», Cleopatra le espeta una fantasía surrealista

de granizo envenenado y cadáveres sin enterrar cubiertos de moscas y

mosquitos (III, xiii, 103). Cuando es hecha prisionera, vocifera que, antes de

ser abucheada en Roma, prefiere que tiren su cadáver desnudo al cieno para

que sea pasto de los insectos o que la cuelguen con cadenas de una pirámide

(V, ii, 139). La imaginación sadomasoquista de Cleopatra avanza a saltos

dionisíacos por la naturaleza. Su cuerpo es la tierra madre desgarrada por la

lucha de los elementos en el ciclo de nacimiento y muerte. La fealdad, el

dolor, el aborto y la decadencia son la realidad de la naturaleza. Los

descarnados parlamentos de Cleopatra tienen una elocuencia demónica.

Shakespeare abre una ventana al inconsciente, donde vemos todo el sexo y la

Página 263

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!