05.09.2022 Views

Sexual Personae - Camille Paglia

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

mismo que amenaza con hacer Cleopatra en Roma. El paso de De Marsay por

los laberintos urbanos hasta el tocador secreto es así una suerte de regresión

histórica, donde, como siempre en el Romanticismo, aguarda el destino

espiritual del incesto.

De Marsay afirma que Paquita es «la criatura más adorablemente mujer»

que haya conocido. Al igual que en Spenser, en Blake y Sade, la feminidad es

una invitación al desastre. Esto resulta obvio cuando De Marsay y sus amigos

invaden la mansión. Mitológicamente, los hombres deberían ser libertadores,

como Perseo rescatando a Andrómeda del monstruo que la retiene prisionera

(la marquesa lesbiana). Pero en lugar de esto, en una inversión típicamente

decadentista, los hombres van a asesinar a la doncella. Por eso, la femenina

Paquita se ve aplastada entre dos fuerzas opuestas. Muere tanto por haber

ultrajado el principio masculino como por haber cedido al mismo. La inculta

muchacha sólo conoce el sexo, sólo sabe de la filosofía del tocador. Practica

un tipo de alquimia sexual, la cual descubre y refuerza la ligazón entre la

marquesa y De Marsay por el procedimiento de aprovecharse de él

imponiéndole una «persona del sexo» a su medida. Al igual que la Bruja de

Shelley, se fabrica un sirviente hermafrodita, un maniquí masculino de la

marquesa. Al mismo tiempo, intensifica la androginia de la marquesa, cuyos

celos la llevan a una posición masculina extrema. Sometiéndose en sus

fantasías a una mujer con pene, Paquita la crea, pues la marquesa empuña la

daga fálica para matarla. Balzac confirma la intuición de Spenser y Blake con

respecto a la perversidad erótica de la feminidad pura: al coquetear con

De Marsay, Paquita induce su propia violación y asesinato.

Como es propio del naturalismo, Balzac delega en sus amigos para vencer

a los guardianes de la mansión, quienes desaparecen como por ensalmo en

cuanto éstos llegan. Pero desde un punto de vista arquetípico, De Marsay

necesita a sus compañeros para preservar su propio género en un entorno

alucinatoriamente femenino. Si la marquesa es la Gulbeyaz de Byron, la

mansión habrá de ser el serrallo de Don Juan, donde la virilidad es objeto de

mofa. El travestismo de De Marsay equivale, pues, a Don Juan caracterizado

de Juana. Al igual que el serrallo de Byron, el tocador es un matriarcado

custodiado por eunucos, en este caso un siniestro africano, Cristemio, que es

un precedente del macabro eunuco-verdugo de la Salomé de Gustave Moreau.

Paquita ha contaminado un santuario femenino. Por su sacrilegio de admitir la

entrada de un varón, como Publio Clodio travestido en los ritos de la Bona

Dea, ella es asesinada y el templo, destruido. La marquesa mata a Paquita

como si ofreciera un holocausto a una diosa iracunda. Tratándose, como se

Página 479

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!