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Sexual Personae - Camille Paglia

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no para de moverse, reivindicando el espacio a la madre naturaleza. El

Sardanápalo de Byron elimina y suplanta a Cleopatra porque Byron teme a la

femme fatale y le aterra el estancamiento femenino. Incluso la fiera Gulbeyaz

está atrapada en un mundo masculino; es prisionera del sultán.

Byron adoraba el agua y era tan buen nadador que a veces él mismo se

preguntaba si no habría sido tritón en una vida anterior. Escogió una sirena

como emblema de su carruaje. ¿Representa esta sirena al andrógino Byron o,

tal vez, a la mujer cerrada a la penetración? Siendo como era cojo de un pie,

la natación era el movimiento en el que Byron se sentía más libre. Una de sus

hazañas era atravesar a nado el Helesponto. Byron celebraba la fluidez del

agua, pero deseaba dominarla de una forma atlética. En la misma medida que

Wordsworth, amaba una naturaleza libre de los peligros ctónicos. La claridad

del estilo tardío de Byron es una especie de rechazo a la oscuridad de la mujer

y del agua. Los fluidos femeninos son opacos, resistentes; la grasa, que es la

parte más acuosa de nuestro cuerpo, es la forma que tiene la madre naturaleza

de atenazar la voluntad humana. Al igual que Blake, Byron se niega a ceder

ante Jehováh o ante Cibeles. «Corre, corre, corre», dicen docenas de

canciones clásicas del rock. Para crecer, una planta ha de echar raíces. Por

eso, no envejezcas y muere joven. El incansable movimiento animal de Byron

derrota a su carne vegetal femenina. Don Juan no se detiene porque Byron no

puede detenerse.

Un contemporáneo suyo hablaba de la «influencia mágica» que Byron

ejercía sobre la gente. Mary Shelley lo describía así: «Había algo encantador

en sus gestos, en su voz, en su sonrisa: como si algo lo fascinara». [16] Byron

era puro carisma: su personalidad tenía una fuerza independiente de lo

conceptual o de lo moral. El carisma es una suerte de electromagnetismo, una

fusión fulgurante de lo masculino y lo femenino. Lady Blessington decía que

su «voz y su acento eran peculiarmente agradables, pero afeminados». Su

amigo Moore veía «un carácter femenino» de «sus caprichos, en sus accesos

de llanto y en sus súbitos afectos e inquinas». [17] Byron pertenece a la

categoría de andrógino que creé para el Giuliano de’ Medici de Miguel

Ángel: la del «Epiceno, o el hombre bello», un atleta con piel de alabastro.

Jane Porter observaba que el cutis de Byron era «suavemente brillante», con

«una palidez de luna». Lady Blessington decía que Byron tenía un rostro

«peculiarmente pálido», enmarcado por un cabello rizado de un tono «castaño

muy oscuro»: «Se lo peina con mucho aceite, lo que hace que parezca todavía

más oscuro». [18] Tez muy blanca, cabello oscuro engominado: Elvis Presley.

Rindiendo un homenaje personal al cantante Roy Orbison, Presley se tiñó de

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