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Sexual Personae - Camille Paglia

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Whitman), el celo en honrarlo y absorberlo todo entraña el riesgo de caer en

la indiferenciación. Pero Whitman, que se retrata a sí mismo como Virgen de

la Misericordia, con cientos de figuras arropadas bajo su capa compasiva,

nunca llega a lograr totalmente una identidad expandida dionisíaca. Al igual

que Emerson con su pesado globo ocular, Whitman se topa con que esa

voluntad suya de fundirse con la naturaleza está bloqueada por un velo de

carne, su problemático yo. Hojas de hierba intenta afirmar la unidad con la

naturaleza, pero lo que demuestra es la separación de ésta. Su genial canción

Embraceable You atrae a la realidad a fin de llenar un doloroso vacío. Las

ambigüedades morales, entre las que la más morbosa es un voyeurismo

decadentista, echan a perder esta modalidad, aparentemente generosa, de

poesía. Al igual que Moby Dick, Hojas de hierba es una obra romántica

plagada de impulsos tardorrománticos.

A Whitman le gusta demorarse imaginariamente junto a las camas de los

dormidos y de los enfermos, un gusto que más tarde pondría en práctica en los

hospitales durante la Guerra Civil. The Sleepers (Los durmientes), que yo

comparo con Júbilo del niño de Blake, es una rapsodia que trata este tema:

«En mi imaginación correteo la noche entera, / a paso ligero, rápido y

silencioso avanzo y me detengo, / inclinándome con los ojos abiertos sobre

los ojos cerrados de los que duermen». Se detiene en la oscuridad, pasando

sus manos «suavemente unos centímetros por encima de ellos». Va de cama

en cama, pasando revista a niños, cadáveres, borrachos, onanistas, idiotas,

esposas, novicias, a cualquiera que esté dormido o muerto.

En sus clases, Milton Kessler solía referirse a «la morbosidad» y «lujuria»

de The Sleepers. El poeta hace «un mágico gesto divino» sobre los que

duermen, que «parecen fetos»: «Él los crea. Ante él están indefensos». La

empatía y la identificación de Whitman se basan en la agresión y la invasión.

El poema entraña una tiranía escopofílica: el ojo omnipotente fuerza la

pasividad en sus objetos, negándoles así la conciencia personal. Whitman, que

normalmente se muestra como el enemigo dionisíaco de la jerarquía, extiende

la humanidad toda ante él, de horizonte a horizonte, en abyectas posturas de

subordinación. Los durmientes son materia bruta que aguarda a ser grabada,

marcada por la mente del poeta. Su delictiva intrusión, que es una violación

tanto de sus sueños como de sus habitaciones, posee una acallada excitación

erótica. El poema constituye un asalto y un avasallamiento psicosexuales, y

Whitman es el vampiro que sale en la noche.

Al igual que Blake, Whitman afirma que rompe en pedazos las leyes

falsas, desterrando el secreto y la vergüenza sexuales. Pero su jovial

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