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Sexual Personae - Camille Paglia

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femeninos, movimientos de atracción lunar: oleadas de exaltación con su

remisión correspondiente más que cúspides de afirmación o propulsión.

T. S. Eliot dice que en el verso de Swinburne el objeto ha dejado de

existir, porque el significado es únicamente una alucinación del significado, y

porque el lenguaje, desarraigado, se ha adaptado a una vida independiente, de

alimentación atmosférica. [8] Ya he mencionado la falta de esteticismo en

Swinburne, algo único entre los artistas tardorrománticos. El objeto no existe

en la poesía de Swinburne por la misma razón que en su vida no existió el

objet d’art: porque no está en conflicto con el mundo líquido femenino y, por

lo tanto, no necesita el objet d’art como una defensa perceptiva contra él. Lo

desarraigado del lenguaje de Swinburne es característico del

tardorromanticismo, particularmente si está influido por Gautier. Lejos de los

sistemas sociales y morales, la imagen se convierte en forma sin contenido.

Las imágenes de Swinburne, separadas por distancias sintácticas, son

partículas que suben y bajan en oleadas, como los gusanos de Baudelaire en

Una Carroña. Así, la fuerza de la Naturaleza opera en los más mínimos

detalles técnicos de la poesía de Swinburne. Esto explica en parte la

trastornada métrica de Faustine. No sólo se repite el nombre de Faustine de

modo que la palabra queda reducida a una cosa, sino que también se actúa

sobre la mente como si ésta también fuera materia pura. Es llevada a rítmicos

compases que simbolizan la crueldad y la coerción del ciclo natural.

El tema de la subordinación masculina al poder femenino se desarrolla de

modo más consciente en Swinburne que en ningún otro artista. Como en el

caso del Marqués de Sade, hay una coherencia entre su vida y su trabajo,

puesto que, al parecer, Swinburne era un masoquista en sentido estricto. Esto

es, le gustaba que las mujeres le azotasen y visitaba los prostíbulos con ese

fin. Me resisto a la opinión general de que los sádicos y los masoquistas son

personas con problemas de adaptación social. Igual que las drag queens,

buscan una Naturaleza arcaica. El masoquismo de Swinburne tenía un

significado metafísico. Los latigazos con los que se solazaba estaban

relacionados con su cosmología poética, en la que se restaura a la Gran Madre

en el poder. La autoflagelación era intrínseca a los antiguos cultos

matriarcales. Flagelar, azotar, trillar: trillar el grano con un flagelo (del latín

flagrum o flagellum, «azote» o «látigo»). La flagelación ritual de Swinburne

imita las labores agrícolas. El sadomasoquismo es un perverso culto a la

Naturaleza. Sucumbiendo a la flagelación, Swinburne formalizó teatralmente

las jerárquicas relaciones sexuales de un universo activado por la fuerza

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