Tese completa Jaci MenezesFCC

Bahía, creado en 1894 como una especie de heredero de las ideas del Partido Operario, de
cuya creación participa el abolicionista y republicano Manuel Querino, siempre presente y la
Asociación de los Empleados de Comercio. El Centro Operario, que vamos a estudiar
después como una de las instituciones que los negros utilizaron para instruirse, tenía en la
instrucción su bandera máxima, como manera llegar a la ciudadanía. Si su papel de
representación de los trabajadores, es en la opinión del autor, imperfecta, tiene, más allá del
aspecto del énfasis en la instrucción, la preocupación por la participación político - electoral
incluso sin partidismos, la tentativa de representación de los trabajadores y la participación el
movimiento por la calidad de vida de la población.
Para el profesor Mario Augusto, el movimiento de los trabajadores en Bahía, como
conjunto, fue débil en toda la Primera República, como derivación de la insignificancia
numérica de la mano de obra fabril, el gran contingente de pequeñas unidades más artesanales
que industriales, etc., y hasta por la influencia del movimiento anarquista, fuerte en Río de
Janeiro y San Pablo, dada la presencia fuerte de inmigrantes italianos. Ya los movimientos
contra la carestía tuvieron mayor volumen, teniendo en vista el alto costo de la alimentación, y
como consecuencia las amenazas de supervivencia física de los trabajadores. Su principal
organización es el Comité Popular contra la carestía de la vida, creado en 1913 y presidido por
Cosme de Farias, también presidente de la Liga contra el Analfabetismo, que vamos a
analizar después. El Comité se reunía ordinariamente en el Centro Operario y en Montepio de
los Artistas. Los momentos más fuertes de este movimiento parecen haber sido en 1913
(aunque el autor registre su crecimiento desde el inicio de la República). En 1913 el
movimiento dura del 1º. de marzo al 25 de abril, e incluyó comicios, firmados al pie, y marchas
donde se conducían carteles con expresiones como “El pueblo tiene hambre” y “Abajo la
explotación”.
Los movimientos se suceden en 1914, 1917, etc., y el autor los clasifica en espontáneos y
organizados. Entre los primeros, incluye roturas de tranvías, en 1901, el “cierra-cierra” y el
“rompe-portones”, en 1904, ataque a la Light (compañía de luz y transportes) y depredaciones
de la ciudad en 1909, el asado a comercios, en 1914; incendio de carnicerías, tranvías y el
cierre de panaderías en 1927 y depredaciones contra la Línea Circular (también de transportes)
en 1930. Se protestaba por lo tanto contra el aumento de impuestos, precio de los transporte, de
la carne, del pan, de la luz.
Ya los movimientos que eran considerados organizados tomaron la forma de comicios
(asambleas), marchas y reuniones, entendido como “forma republicana de protesta” por
excelencia. Están ligados a las elecciones directas y a la ampliación del colegio electoral (como
así también todas las reivindicaciones de educación para todos, de escuela nocturna, de escuelas
sindicales). Son movimientos de masa, que reúnen gran número de personas (llegan a suceder
movimientos de cuatro mil participantes y más) siendo que las informaciones en cuanto a sus
participantes indican que ellos son “personas del pueblo”, oriundos de las clases populares,
trabajadores, hijos del pueblo, etc. Entre los muertos y heridos del conflicto de 1917 (cuando
sucedieron tiroteos con la policía), entre los veintiún alcanzados estaban estudiantes, operarios,
cargadores, carpinteros rústicos, pedreros, carpinteros, etc. En suma, según el autor, las
personas que ejercían ocupaciones braceras y manuales. Así, concluye el autor que se trataba de
las “clases populares”, que ante el problema de la carestía, actuaban como una especie de frente
único. Llama la atención el hecho de que los oradores de las comicios eran, generalmente
estudiantes, diputados. Las agitaciones eran de carácter inmediatista, una lucha por disminución
del precio de los alimentos, en lo que según él, Hobsbaum llama como “movimientos de turba”.