Tese completa Jaci MenezesFCC

eran señores o esclavos intermediarios por una tercera categoría, los libertos, 3 que tenían un
status legal y formal diferente de los hombres libres.
Ya no estaba la Familia Imperial, ni una aristocracia (digamos que la nobleza local siempre
fue un tanto insólita) y tampoco esclavos. ¿Serían, no obstante, todos “hombres libres”?
¿Implantada la Libertad, pasamos a vivir el reino de la Igualdad? Ante la inmensa mayoría
formada por hombres de color, ex esclavos o sus descendientes, ¿cómo se comportaron las
elites dirigentes, formadas por dueños de tierras, ex dueños de esclavos o por letrados, muchas
veces a su servicio? ¿Cómo se realiza su inclusión en la nación y ciudadanías brasileñas?
Vimos en la parte precedente cómo la sociedad brasileña resistía a los negros libertos, los
“13 de mayo” 4 . Generalmente vistos como “agregados”, se entendía que estaban los libertos
ligados por una extensa red de favores a sus ex-señores, a los que debían una especie de
vasallaje, de cortesía y hasta cuidados. Los que no se sometían al trabajo formal eran
considerados vagabundos, malandrines, potencialmente peligrosos que necesitaban estar bajo la
vigilancia policial. 5
La República en especial tenía sus dificultades con los negros libertos: los últimos días de
la monarquía vieron la creación de una Guardia Negra 6 para protección de la familia imperial,
cercada por la gratitud al Emperador y a la Princesa por la liberación. El prestigio de la familia
real estaba en alto junto a los negros, como vimos en el texto de Mario Augusto Silva, que
inclusive reaccionaron contra la Proclamación de la República en Bahía. Una posible reacción
de ellos fue usada como pretexto para provocar el movimiento militar que resultó en la
3
Manuela Carneiro da Cunha, en su libro “Negros extranjeros”, hace un estudio sobre los libertos en la sociedad
brasileña, como elementos intrínseco a la orden esclavista, que traía embutida en ella el espacio en que veía
violencia y opresión (los mecanismos de control), se movían los libertos. La orden esclavista, frente al gran
número de esclavos, tenía su seguridad directamente dependiente de la satisfacción de la población libre de color,
que inclusive podía o no tener intereses diferentes de los esclavos. Los libertos, que a su vez, creaban múltiples
formas de solidaridad entre sí, tenían sus relaciones con el mundo de los blancos reguladas institucionalmente, y
mucho en la dependencia de la forma por la cual alcanzaban la liberación - los caminos de la alforría, que, en la
mayoría de las veces, era comprada por peculio propio, formado por trabajo, préstamo tomado a la junta de
alforría, al canto o hermandad de la cual formaba parte. No obstante a pesar de paga, la alforría era presentada
siempre como una dádiva del señor siempre vista como un asunto privado, en la cual el Estado no debía intervenir
(y sólo lo hizo, como vimos, a partir de 1871) por formar parte del derecho de propiedad. tampoco la Iglesia tenía
el derecho de intervenir. Así presentada, la alforría tenía como contracara la creación de lazos morales entre
patrono y liberto, que pasaba a deber “gratitud” y una especie de vasallaje, o de subordinación política extraeconómica.
La ingratitud podía, inclusive, servir de motivo para la rescisión de la alforría. Según la autora, “La
esperanza de obtener alforría es central al sistema esclavista y complementario a los castigos y a la violencia
física usado. Era construida de tal modo que ella pasaba por la dependencia personal del señor o eventualmente
de otro señor. Aquí estaría el fundamento del sistema de subordinación que se mantiene post alforría.”
4
El profesor José Calazáns, historiador bahiano, recogió las siguientes “cuartetas” populares sobre los mismos:
“Nació periquito/ se convirtió en papagayo/ no quiero negocio/ con trece de mayo”.
Y “K, es letra decadente/mi padre así me decía/ es como el trece de mayo/ incluso después de la alforría” in
Calazáns, José - O séquito do Antônio Conselheiro. Rev. Faeeba, Nº. Especial (Canudos), 2a. edic. enero/jun. 95.
5
Sobre los malandrines en Bahía del siglo XIX, ver Fraga Filho, Mendigos, Moleques y Malandros, HUCITEC-
EDUFBA, S. Paulo y Salvador, 1996.
6
La Guardia Negra, fue una especie de regimiento informal, constituido por libertos, negros y mestizos,
inmediatamente después de la Abolición. Convocado por José do Patrocínio en defensa de la Princesa Regente,
entra seguidamente en choque con los adeptos de la República en el periodo en que éstos intensifican sus reuniones
y mítines, cuando hacían oposición, principalmente, al marido de la Princesa Isabel, el Conde d’Eu, francés, y
agitaban la idea de la República frente a la enfermedad de D.Pedro II. Ver también Evaristo de Morães, “Da
monarquia à República”.