Tese completa Jaci MenezesFCC

modo a todos los individuos de la especie; pero habiendo adelantado o retrocedido algunos
en el camino de su perfección, y adquirido diversas cualidades buenas o malas que no eran
inherentes a su naturaleza, otros permanecían mucho más tiempo en su estado original." (...)
"Después de haber demostrado que la desigualdad sólo es sensible en el estado de naturaleza
y que su influencia es allí, casi nula, queda por demostrar su origen y sus progresos en los
desarrollos sucesivos del espíritu humano. Después de haber demostrado que la perfección,
las virtudes sociales y demás facultades que el hombre natural había recibido en potencia no
podrían desenvolverse por si mismas, que tendrían necesidad para esto del concurso fortuito
de muchas causas extrañas (...) falta considerar y reunir los diferentes casos fortuitos que
han podido perfeccionar la especie humana y han deteriorado la especie".
Así, nos parece que su concepto de "perfectibilidad" estaría próximo al concepto de
"educabilidad". A pesar de tener una evaluación negativa de la dirección dada, hasta entonces
por el aprendizaje humano, Rousseau cree que corregir esto sería posible también a través de la
educación. En el Emilio (16), toda una obra dedicada a la educación, propone una nueva forma
de construir un hombre nuevo y una nueva condición humana. Partiendo de la idea que la
naturaleza es perfecta y que, por lo tanto el hombre también tiene una naturaleza perfecta,
procura aprender la contradicción entre el hombre natural y el hombre civil.
Entendiendo que "todo es perfecto cuando sale de las manos de Dios" y que al mismo tiempo,
"todo degenera en las manos del hombre, que somete al propio hombre a un sistema educativo
que lo doma a su capricho", Rousseau expone por otro lado que para hacer frente a esta
situación no bastaría eliminar las formas educacionales entonces existentes; abandonado a la
propia suerte, el hombre no resistiría indefenso frente a las condiciones concretas de la sociedad
en que vive.
Refuerza, por lo tanto, la necesidad de una nueva educación, de toda una pedagogía a su vez
basada en una teoría de aprendizaje: el hombre aprende a partir de sus sensaciones, apartando lo
que lo incomoda y adoptando lo que le agrada. A partir de ahí, propone todo un programa de
estudios. El hombre debería aprender de tres maestros: la naturaleza, las cosas y los hombres.
Sin embargo la regla número uno para la nueva educación sería la libertad: sería preciso dejar
que las necesidades establezcan el límite de la libertad, condicionandola. Según él, la verdadera
libertad consiste en hacer lo que se pueda. La conciencia de la limitación es, para el, esencial.
En la medida que la conciencia de esta limitación es creada por las sensaciones provenientes del
contacto de los hombres con las cosas y la naturaleza, se desarrollaría una "disciplina serena" o
auto-disciplina.
La educación debería armonizar el conjunto de las disposiciones primitivas y
sensaciones con el mundo. Con esto, tendría como finalidad armonizar las contradicciones que
nacen del choque continuo entre el hombre natural y el hombre civilizado. La base de las
contradicciones estaría en el hecho de que la sociedad "civilizada", por sus dimensiones,
transformar el hombre de unidad numérica en la naturaleza en parcela del cuerpo social, -
unidad fraccionaria determinada por el denominador. O sea, dependiendo del tamaño de la
unidad, el será una fracción cada vez menor. Las instituciones civilizadoras retirarían del
hombre su existencia absoluta para substituirla por otra, relativa, que transporta el "yo" al
interior de la unidad común.
(16)R Rousseau, Jean Jacques. El Emilio, o la Educación. Barcelona, Brucera S.A.. 1983.