Tese completa Jaci MenezesFCC

humana. En tanto que en la Antigüedad el hombre social era el que pertenecía a una comunidad
dada, en el Renacimiento se dió la separación del concepto de sociabilidad en dos:
"sociabilidad" y "pertenencia" (pertenecer y/o estar incluido) a una comunidad o grupo dado.
El concepto de sociabilidad queda referido a la idea de que cada hombre es parte de la
humanidad, y que las características de hombre son las características genéricas de la especie.
Esta concepción supera el pensamiento clásico - inclusive el antiguo "cosmopolitismo" que, no
habiéndose dado cuenta de la igualdad potencial de todos los hombres, no formó ningún
concepto de especie humana unitaria.
Para cada "comunidad" formada (familia, clase, polis, nación) el sentimiento de inclusión
conforma identidades, mientras en el más alto grado de jerarquía de comunidad está ahora la
humanidad, comunidad universal. El sentimiento de estar incluido, de pertenecer a la
humanidad, crea a su vez, un sentido de identidad en cuanto "hombre". Esta es la idea que está
en la base de los dos conceptos, igualdad y fraternidad.
En esta visión de comunidad universal, la importancia del individuo se mantiene, inclusive en
términos políticos. De esto proviene la idea de contrato social, que vamos a analizar más
detalladamente en Rousseau. Son los individuos que se integran en comunidades, las cuales
conforman a su vez, una identidad. A su forma de integración más abstracta, el vínculo con la
humanidad, pasa a ser el único vínculo considerado natural, permanente, que hace todo
individuo "ser humano". Las demás formas de "pertenecer a", de "estar incluido en" una
clase, un tipo de familia, una nación, pasan a ser percibidas como históricas, y no como innatas
o naturales.
Libre, igual y fraterno, el hombre pasa a ser responsable por su auto-producción y por la
producción del mundo. Para deducir esta noción de auto-producción, Agnes Heller utiliza la
recreación del mito bíblico, según la presenta un autor renacentista, Pico Della Mirándola (8) .
Este autor, en su "Oración sobre la dignidad del hombre", reinterpreta el relato místico de la
Biblia sobre la creación del Hombre por Dios. Para él, decir que Dios creó a los hombres a su
imagen y semejanza significa reconocer, en estes, los atributos divinos de razón, libertad y
comunicación. Estos atributos estarían potencialmente en el hombre, y llegar a ser semejante a
Dios dependería de su forma de proceder. Por su actuación en cada momento, se crea y se
recrea a sí mismo y al mundo. Dice el autor:
"Así, pues, acogió al hombre como obra de indiscernible imagen y habiéndole puesto en el
meollo del mundo, así le habló: "no en determinado asiento, ni un aspecto propio, ni
encomienda alguna peculiar te dimos, Adán, a fin de que aquel asiento, aquel aspecto,
aquellas encomiendas que tu mismo deseares, según tu sentencia, obtengas y poseas. La
naturaleza delimitada de los demás esta confinada dentro de las leyes prescritas por nosotros;
tú, por ninguna barrera confinado, según tu arbítrio, en manos del cual te puse, la tuya te
delimitará".
Ahí está contenida la idea de libertad como auto-producción del hombre y de su naturaleza. El
ser humano es un ser que se construye y que se transforma; la humanidad es responsable por su
destino, así como por su propia naturaleza: Hombre y creador.
Así, en el final del Renacimiento se había construído una concepción radicalmente nueva de
hombre, en la cual "Libertad, Igualdad, y Fraternidad" se transformaron, juntas, en una
(8) Pico Della Miradola. "Oración acerca de la dignidad del hombre". Autor italiano, vivió durante el Renacimiento,
habiendo publicado el texto en cuestión en 1487, en respuesta a una acusación de herejía. Citado por Agnes Heller
en El hombre del Renacimiento. Barcelona, 1978. Ediciones 62 S.A..