Tese completa Jaci MenezesFCC

Como se advierte, ya no habla de deber de los padres y del Estado. Más adelante en el art.
167, inciso I, fija la obligatoriedad de la enseñanza primaria y, en el inciso II la gratuidad de la
enseñanza oficial primaria. O sea, casi vuelve a la fórmula de la Constitución del Imperio.
También se diferencia de la Constitución del 34, que preveía la tendencia a la gratuidad de la
enseñanza posterior a la primaria.
También difiere de la Constitución del 34 en la concepción de la autonomía financiera del
sistema de enseñanza, a la vez que deja de establecer la concepción de los fondos, federales y
estatales, para el mantenimiento de la enseñanza aunque se refiera a la existencia de un Fondo
Nacional a partir del cual la Unión cooperaría con los Estados y el Distrito Federal en el
mantenimiento de los sistemas de enseñanza que éstos organizarían. Mantenida, por lo tanto, la
descentralización en la cual se aumenta la participación de los municipios en la responsabilidad
de la oferta de enseñanza: a ellos cabe gastar, ahora, el mismo porcentual que los Estados, de su
renta de impuestos, en el desarrollo y en el mantenimiento de la enseñanza (art. 169).
Otro registro importante: la constitución, a pesar de toda la fuerza del proceso del regreso
del país a la democracia, después y como consecuencia de la Guerra Mundial de la cual el
Brasil participara al lado de los aliados, no hizo caer el criterio de la alfabetización para el
acceso a la ciudadanía activa. En anexo presentamos el discurso del Diputado Constituyente
Gregorio Bezerra, líder campesino, a favor del voto de los analfabetos. En vano. Su proyecto no
fue aprobado. La sociedad brasileña continuaba considerando al discernimiento como un
atributo de los letrados.
Después de la aprobación de la Constitución, tiene inicio un largo debate en la sociedad
brasileña sobre el proyecto de Ley de Directivas y Bases de la Educación Nacional, para lo cual
había sido lanzada toda la concepción y reglamentación del sistema de enseñanza. El proyecto
dirigido por el ministro Mariani, no logró ser aprobado por la legislatura que siguió a la
Constituyente y la enmienda elaborada después de la gran movilización de la sociedad, las
divergencias estaban en torno al asunto del deber del Estado en mantener la enseñanza y la
forma de hacerlo, sólo fue aprobado en 1962, quince años después. Durante todo este tiempo,
fue mantenida la estructura dual del sistema de enseñanza, en el cual no había una equivalencia
de los cursos profesionales de nivel medio con la enseñanza secundaria, de modo que aquéllos
no permitían el ingreso a la universidad. Se mantenía la separación: enseñanza profesional
orientada a los trabajadores, de “vocación monetaria”- y enseñanza secundaria, dirigida a los de
“vocación intelectual”- según la expresión de Isaías Alves, uno de los ideólogos de la
Educación en el Estado Nuevo.
En Bahía, el capítulo de la Constitución fue elaborada bajo la influencia de Anisio
Teixeira, nuevamente secretario de la Educación en Bahía, en el gobierno de Otávio
Mangabeira. La Carta como un todo, presenta una concepción más avanzada que la
Constitución Federal. Establece todo un conjunto de normas que regulan la gestión y el
financiamiento de la educación en Bahía, de manera tal, de garantizar el deber del Estado en la
oferta educativa y la autonomía financiera y administrativa del sistema educacional. Coloca a
éste bajo la coordinación de un Consejo Estatal de Educación, nombrado por el gobernador con
aprobación legislativa, con seis miembros de entre los cuales se elegiría al Director de
Enseñanza. Prevé la recreación del Fondo Estatal de Educación, que sería conducido por el
Consejo, formado con recursos del Estado y de los municipios. El Consejo podría dar
autonomía a la educación municipal, creando entonces un Consejo Municipal para su
administración. Finalmente avanza también la Constitución Estatal con relación a la Federal, al