Tese completa Jaci MenezesFCC

Continúa hablando entonces, de lo que debería ser la educación:
“La nación tiene un contenido específico. Es una realidad moral, política y
económica”...por consiguiente la educación “debe adoptar una filosofía y seguir una escala de
valores, debe regirse por un sistema de directivas morales, políticas y económicas que forman
la bases ideológica de la nación y que, por esto, están bajo la guarda, el control o la defensa
del Estado”.
Así sería la educación el elemento esencial en la formación, en la reproducción de la
Nación Brasileña, con una clara función ideológica. Por consiguiente, ¿qué se entendía
entonces , qué se pretendía que fuese esta Nación Brasileña? Con el Estado Nuevo se afirmaba
la tendencia de que quería un Brasil nacionalista y modernizado, pero francamente
antidemocrático. Mientras se buscaba la formación de un Nuevo Brasil, moderno, se pretendía
el mantenimiento de “valores antiguos”, de las “tradiciones” (de ahí la referencia clara, en el
discurso en momento de crisis, “en que se cuestionaban los valores espirituales “) y de esta
manera debe ser entendido porque, aunque sea considerada la educación un instrumento
esencial, la Constitución la haya afirmado como “primer deber y derecho natural de los
padres”, correspondiendo al Estado colaborar “para facilitar su ejecución o para suplir las
deficiencias y lagunas de la educación particular”. Estas afirmaciones se hacen exactamente
en el sentido de combatir lo que se denomina tendencia a la estatización de la Constitución
anterior - reafirmando además el papel relevante que era dado a la familia, como elemento
básico en la Nación - ver el Artículo 124, en que cabe al Estado la protección de la familia.
Era, por lo tanto, un Estado fuerte, totalitario, centralizado pero no un Estado socialista. La
Constitución de 1937 tiene justificada en el preámbulo, su proclamación, exactamente para
acabar con el “estado de aprehensión creado en el país por la infiltración comunista, que se
vuelve día a días más extensa y más profunda” como así también para garantizar al pueblo
brasileño la “paz política y social, profundamente perturbada por conocidos factores de
desorden”... que se busca desnaturalizar en la lucha de clases...colocando a la Nación bajo la
funesta inminencia de la guerra civil”.
Cabía por lo tanto, a la educación, en el Estado Nuevo, la iniciativa particular, apoyada por
el Estado, pero a éste, y específicamente a la Unión, el control centralizado y rígido de las
normas bajo las cuales la educación se haría, visto que a ella se le reconocía la función de la
formación ideológica de la Nación. De ahí vemos por qué en el discurso de Capanema ya citado
se habla de la necesidad de un “Código de la Educación Nacional, donde serían fijados los
principios fundamentales, que garanticen la unidad, y consecuentemente, el orden, la eficiencia
y el sentido de la educación”. Este código iría a “fijar los preceptos directivos...de manera que
todas las actividades educativas del país, de carácter federal, estatal, municipal o privado, se
rijan por la misma disciplina”.
Los demás principios referidos a Educación en el Estado Nuevo establecen:
a) importancia de la enseñanza primaria, como instrumento de modelación del ser humano;
b) enseñanza profesional, destinada a las clases menos favorecidas;
c) mantenimiento de la dualidad de la enseñanza media, con la división enseñanza
profesional y enseñanza secundaria, éste con la finalidad de ser la “enseñanza preparadora de
la elite intelectual del país... a través... sólidos estudios de las clásicas humanidades”;