Tese completa Jaci MenezesFCC

3. El establecimiento de un derecho a la educación.
El sistema educativo brasileño se va constituyendo, poco a poco, a partir del siglo pasado.
En esta parte, vamos a acompañar los cambios por los cuales va pasando junto a las diferentes
transformaciones del país, intentando visualizar qué papel le reserva a la sociedad brasileña y
en qué medida existe una ampliación de la inclusión al mundo de los “letrados”, en la
conducción de una sociedad más democrática.
El Imperio brasileño, al ser establecido con la Independencia, encontramos un sistema
educativo pequeño, elitista, estructurado en torno a escuelas de primeras letras y de “clases
reales”, creadas por el Marqués de Pombal, para sustituir al sistema educativo anterior, bajo el
control de los jesuitas, expulsados del país en 1764. En 1808, al llegar al país, el príncipe Don
João despacha una serie de actas reglamentando el incipiente sistema educativo, pero sobre
todo, da comienzo a la organización del sistema de educación superior. Desde la fundación de
la futura Facultad de Medicina, en Bahía, en el mismo año 1808, la preocupación principal del
gobierno portugués en Brasil fue la organización del sistema de enseñanza superior que, al lado
de otras instituciones, permitiesen o mejor abrigasen la presencia del Estado portugués aquí,
formando personal civil y militar para el mismo. Esto no significó, no obstante, que no hubiese
tomado una serie de decisiones referidas a la enseñanza elemental, a las escuelas de primeras
letras.
También en el año 1808, el Príncipe Regente publica un Documento Real que dispone
sobre la Civilización de los indios, y de su Educación Religiosa y Civil, la navegación de los
ríos y el cultivo de los terrenos, que según parece significaba casi una toma de posesión del
territorio brasileño y de sus “naturales”. De ahí hasta 1820, la mayoría de los actos del gobierno
central se refiere a la creación de sitios para primeras letras: en Bahía, 24 actos fundan escuelas
en las diversas feligresías, de la capital y del interior. Hasta que en 1821, es declarada libre, la
enseñanza - permitiéndose a cualquier ciudadano la enseñanza y la apertura de escuelas de
primeras letras, independiente del examen o licencia. También en 1821, en la Corte, es creado
el puesto de Inspector General de los establecimientos literarios y científicos. 10
En lo que sería la enseñanza media, además de varias carteras reales, dados bajo la forma
de clases sueltas, también existió un inicio de organización: en 1811, el Príncipe Regente
autoriza la creación de un Seminario en la Diócesis de Bahía, en el cual se reunirían los
profesores de las clases reales de gramática latina, de griego, de retórica y filosofía. También en
la Regencia, fueron creadas por lo menos nueve carteras de clases sueltas, principalmente de
latín en el interior de Bahía. 11 Entre 1810 y 1821 existirían en Salvador, 12 clases reales,
reuniendo en 1810, 139 alumnos; en 1817 más de 600. Observa incluso que, al lado de esas
clases públicas, existían en 1821 varias particulares. 12 Aún así, un sistema muy restrictivo, del
cual no formaban parte los esclavos. Manoel Querino, en el libro citado, informa también que
ante la inexistencia de las clases reales, los hijos de familias pudientes hacían sus primeros
estudios en el Colegio de Huérfanos de S. Joaquim, siguiendo entonces para Portugal para dar
continuidad a los mismos. 13
10
Dirección de Estadística, Apontamento históricos, anexos a “Estatística Intelectual do Brasil” Río de Janeiro,
1931.
11
Idem, ibidem.
12
Edelweiss, Frederico, Achegas ao período de 1808/1836, nota pág. 126, en Querino, Manoel, A Bahia de
Outrora. Salvador, Livraria Progresso Editora.
13
Querino, Manoel, A Bahia de Outrora. Edit. Progresso, Salvador, s.d.