Tese completa Jaci MenezesFCC

¿Qué sucede con los negros después de la Abolición? ¿se urbanizan? ¿se desurbanizan? se
trasladan? ¿participan de movimientos sociales significativos? ¿buscan organizarse? quieren
participación política? ¿buscan educarse? Más que todo, tienen que enfrentar la necesidad de
sobrevivir. Principalmente, sobreviven - este es el mayor heroísmo.
¿Por qué historia?o los limites del conocimiento
Decidir por utilizar la historia como método para la comprensión de una situación presente
demanda, inicialmente, una breve discusión sobre la posibilidad de su objetividad, de su
exactitud de los conocimientos producidos. Para ello, se tiene que partir de la distinción entre
los dos conceptos de Historia, como hecho y como narración de los hechos - o mejor, la
distinción entre los hechos y el sujeto que los conoce y que genera su narración. Esta división,
tomada de Hegel, permitiría establecer los límites del conocimiento y del ‘conocedor’. Mientras
tanto, un mismo hecho ¿podría tener varias narrativas? ¿sería imposible la objetividad del
conocimiento?
Frente a esta cuestión tres posiciones se colocan. La primera, positivista, propone que la
Historia existe objetivamente -los hechos están dados y al individuo le cabe, tan solamene,
recogerlos. En este sentido, hechos y su narración se funden, formándose solo uno, asumiendo
los foros de una verdad absoluta. En la segunda posición, idealista, le llega a la negación de la
realidad objetiva. En especial en el momento en que vivimos, la crítica a la posición positivista
en la ciencia y en la creencia en verdades absolutas, se duda más y más sobre la exactitud del
conocimiento denominado científico. Siempre más se afirma que los datos, los hechos, no están
a disposición del investigador, pero que a éste le cabe buscarlos, seleccionarlos, separar lo que
es superfluo, analizar y sacar conclusiones. O sea, los hechos sólo hablan si son preguntados.
Así, crecería la importancia del papel de aquel que conoce, en la relación cognoscitiva - y aquí
la historia no sería más formada por hechos, pero sí por las versiones, por las diversas
narraciones del hecho.
Afirmando sobre la posibilidad de un conocimieno objetivo en historia, Adam Schaff 38
presenta una tercera posición, en la cual hecho y conocedor interactúan entre sí, cada uno de
ellos concretamente determinados. Según él, habría un proceso continuo de construcción del
conocimiento, con verdades que se afirman pero que se superan en el tiempo de una forma
acumulativa. O sea, el conocimiento no equivaldría a un juicio único; al contrario,
reflexionando los diversos aspectos y las diferentes fases de desarrollo del objeto, se compone
de una secuencia de juicios y conforma un proceso, pudiendo cambiar, hacerse más completo.
El conocimiento, para él, es siempre un proceso, debido a la infinita realidad estudiada.
Así, también la verdad es un proceso, tendiendo hacia el ‘limes’, el conocimiento total, que no
puede ser alcanzado en un único acto cognitivo. El conocimiento es, pues, ‘un proceso infinito,
en que se van acumulando las verdades parciales que la humanidad establece. Alargando,
limitando, superando estas verdades parciales, el conocimiento se basa siempre en ellas y las
toma como punto de partida para un nuevo desarrollo. En este sentido, la verdad es un devenir:
el proceso de conocimiento acumula el saber, en un proceso infinito’.
Reconociendo, pues, simultáneamente, el límite del conocimiento que se puede generar en este
estudio y, al mismo tiempo, reafirmando nuestra intención de buscar que el conocimiento
generado fuese el más completo y verdadero posible, intentamos encuadrarnos dentro del
38 Schaft, Adam - História e Verdade - 2a. de. Sao Paulo, Martins Fontes, 1983.