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La Gran Transformacion – Karl Polanyi.pdf

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de la civilización urbana- fue, en realidad la consecuencia de<br />

una paradójica evolución, pues las ciudades, vastagos de los<br />

mercados, fueron no solamente su parapeto protector sino<br />

también el instrumento que les impedía extenderse al campo y<br />

ganar así terreno en la organización económica dominante de la<br />

sociedad. Posiblemente son los dos sentidos del verbo<br />

«contener» lo que expresa mejor esta doble función de las<br />

ciudades en relación a los mercados, la de protegerlos y la de<br />

impedir su extensión.<br />

<strong>La</strong> disciplina del mercado era aún más estricta que la del<br />

trueque, rodeado a su vez de tabúes destinados a impedir que<br />

este tipo de relaciones humanas usurpase las funciones de la<br />

organización económica propiamente dicha. -Veamos un<br />

ejemplo tomado del país Chaga: «Hay que ir regularmente al<br />

mercado los días de mercado. Si cualquier suceso impide que<br />

el mercado se celebre en un día determinado o en más, los<br />

negocios no podrán reiniciarse hasta que el lugar en el que se<br />

celebra el mercado no haya sido purificado (...). Cada afrenta<br />

que acontezca en el mercado y lleve consigo efusión de sangre<br />

precisará una expiación inmediata. A partir de ese momento<br />

ninguna mujer podrá abandonar el mercado, ni tocar a<br />

ninguna de las mercancías, que deberán ser lavadas antes de<br />

llevarlas y de utilizarlas para alimentarse. Como mínimo, una<br />

cabra deberá ser sacrificada inmediatamente. Una expiación<br />

más costosa y más importante sería necesaria si una mujer<br />

pariese o abortase en el mercado. En este caso, sería preciso el<br />

sacrificio de un animal que dé leche. Además de esto, habría<br />

que purificar la granja del jefe con la sangre sacrificial de una<br />

vaca lechera. Todas las mujeres del país, distrito por distrito,<br />

debían de ser asperjadas» 5 . Parece claro que reglas de este<br />

tipo no facilitaban la extensión de los mercados.<br />

Resulta sorprendente comprobar que el mercado local típico,<br />

en el que las mujeres de su casa se procuran lo que necesitan a<br />

diario y donde los productores de granos y de legumbres, así<br />

como los artesanos locales, ofrecen sus artí-<br />

R. C. THURNWALD, op. c, 162-164.<br />

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