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Sección Tercera: Los Escenarios de La Violencia - DHnet

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PRIMERA PARTE SECCIÓN TERCERA CAPÍTULO 1<br />

En resumen, aquel año <strong>de</strong> 1983 estuvo caracterizado tanto por las incursiones militares como por acciones<br />

<strong>de</strong> amedrentamiento contra autorida<strong>de</strong>s con el fin <strong>de</strong> conminarlas a renunciar a sus cargos, para así controlar<br />

la zona y establecer «zonas liberadas». Un buen ejemplo nos remite, en setiembre <strong>de</strong> 1983, a la incursión <strong>de</strong><br />

una columna sen<strong>de</strong>rista en el distrito <strong>de</strong> Lircay, que obligó a las autorida<strong>de</strong>s a renunciar a sus cargos. Ese<br />

mismo mes, otra columna sen<strong>de</strong>rista incursionó en un poblado <strong>de</strong>l distrito y asesinó a dos autorida<strong>de</strong>s que no<br />

habían acatado las amenazas hechas anteriormente por miembros <strong>de</strong>l PCP-SL. Así, el PCP-SL impuso su presencia<br />

en comunida<strong>de</strong>s alejadas como Cuticsa, Mesaccocha o Cahua, las primeras en ser víctimas <strong>de</strong> la violencia<br />

<strong>de</strong>satada por una ofensiva que buscaba <strong>de</strong>smontar el «viejo Estado» para instalar las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los<br />

«comités populares». Sin embargo, es indudable que los asesinatos <strong>de</strong> autorida<strong>de</strong>s socavaron la simpatía<br />

hacia el PCP-SL, más aún si a éstos se sumaba la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> infraestructura pública en atentados contra<br />

los locales municipales, locales comunales, postas sanitarias, oficinas <strong>de</strong> los gobernadores y jueces <strong>de</strong> paz,<br />

oficinas <strong>de</strong> los correos y telégrafos, e incluso algunas iglesias.<br />

En la provincia <strong>de</strong> Acobamba, la violencia afectó en mayor medida los distritos <strong>de</strong> Anta, Cajas y Marcas,<br />

cercanos a Huanta, situación que obligó a la población a migrar hacia la capital <strong>de</strong>l <strong>de</strong>partamento, a la provincia<br />

<strong>de</strong> Huanta, Ayacucho, o a la ciudad <strong>de</strong> Huancayo.<br />

<strong>La</strong> instalación <strong>de</strong> bases militares fue quizá el factor más importante para contrarrestar la presencia sen<strong>de</strong>rista<br />

en el campo huancavelicano. <strong>La</strong>s acciones sen<strong>de</strong>ristas disminuyeron consi<strong>de</strong>rablemente <strong>de</strong>bido, en buena<br />

medida, a la instalación <strong>de</strong> estas bases, y también a la formación <strong>de</strong> las rondas campesinas en diversas comunida<strong>de</strong>s<br />

y anexos.<br />

<strong>Los</strong> primeros esfuerzos <strong>de</strong> resistencia campesina a través <strong>de</strong> comités <strong>de</strong> auto<strong>de</strong>fensa datan <strong>de</strong> 1984, principalmente<br />

en las comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Cuticsa, Yuraccocha, Anchahuay, Julcamarca, Secclla y Atunakihuay.<br />

Tal como constatamos en otras zonas, la oposición a la propuesta violenta <strong>de</strong>l PCP-SL se pue<strong>de</strong> constatar<br />

incluso en comunida<strong>de</strong>s don<strong>de</strong> se constituyeron bases <strong>de</strong> apoyo, como Cuticsa. En efecto, en esta comunidad<br />

se formó una <strong>de</strong> las primeras rondas para enfrentarse a la organización sen<strong>de</strong>rista. El rechazo en la comunidad<br />

alcanzó tales niveles que incluso el ichu <strong>de</strong> pastoreo <strong>de</strong> sus animales era quemado en las noches para evitar<br />

que los «terrucos» se escondieran, según explican los mismos comuneros. Por otra parte, en noviembre <strong>de</strong><br />

1984 se instaló una base militar en Santo Tomás <strong>de</strong> Pata, Angaraes, zona consi<strong>de</strong>rada como «bastión rojo» y<br />

don<strong>de</strong> la violencia se inició tempranamente <strong>de</strong>bido a la cercanía con la parte norte <strong>de</strong>l <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> Ayacucho.<br />

<strong>La</strong> base funcionó durante dos años, hasta que se logró la pacificación plena <strong>de</strong> la zona. También se<br />

establecieron bases militares contrasubversivas en Julcamarca y Ccayarpachi. Ante la acción <strong>de</strong> las patrullas<br />

militares y las rondas, la violencia fue cediendo en Acobamba y limitándose a esporádicos enfrentamientos e<br />

incursiones aisladas <strong>de</strong>l PCP-SL en algunas comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la provincia <strong>de</strong> Angaraes, don<strong>de</strong> entre 1989 y<br />

1990 se produjo un rebrote en el curso <strong>de</strong> una ofensiva nacional sen<strong>de</strong>rista en pos <strong>de</strong>l «equilibrio estratégico».<br />

Cambios en la estrategia <strong>de</strong> las Fuerzas Armadas, ofensiva <strong>de</strong>l PCP-SL: 1985-1992<br />

Entre 1986 y 1988 casi no hubo acciones violentas <strong>de</strong>l PCP-SL en las provincias <strong>de</strong> Acobamba y Angaraes <strong>de</strong>bido,<br />

como dijimos, al accionar <strong>de</strong> las bases militares y al impulso que dieron las Fuerzas Armadas a la conformación<br />

<strong>de</strong> las rondas campesinas, en una nueva estrategia <strong>de</strong> alianza con la población, amenazada <strong>de</strong> muchas<br />

maneras por los grupos sen<strong>de</strong>ristas. Sin embargo, varias comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la provincia <strong>de</strong> Acobamba se<br />

negaron a conformar las rondas campesinas porque consi<strong>de</strong>raban que «era una provocación a la violencia».<br />

Ése fue el caso <strong>de</strong> Choclococha, Pomacocha, Cuñi y Parisa. Sea como fuere, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1986 la pérdida casi <strong>de</strong>finitiva<br />

<strong>de</strong> apoyo social <strong>de</strong>l PCP-SL en las provincias <strong>de</strong> Acobamba y Angaraes fue notoria. <strong>La</strong> eficiencia en la<br />

labor <strong>de</strong> las bases militares se relaciona directamente con la modificación <strong>de</strong> su concepción <strong>de</strong> que «todos son<br />

sospechosos», por otra <strong>de</strong> reconocimiento <strong>de</strong> comunida<strong>de</strong>s, grupos y personas opuestas al PCP-SL, en la cual<br />

se intentó reorganizar a las autorida<strong>de</strong>s comunales en torno a los nacientes comités <strong>de</strong> auto<strong>de</strong>fensa civil, <strong>de</strong><br />

cuyo adiestramiento se encargaban las mismas bases contrasubversivas.<br />

Sin embargo, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> dos años <strong>de</strong> relativa tranquilidad, en 1988 Sen<strong>de</strong>ro reinició sus acciones en la provincia<br />

<strong>de</strong> Angaraes aprovechando el retiro <strong>de</strong> la base militar <strong>de</strong> Santo Tomás <strong>de</strong> Pata. Esto permitió a las columnas<br />

sen<strong>de</strong>ristas incursionar nuevamente en diversos poblados y comunida<strong>de</strong>s. En junio <strong>de</strong> 1988, en la zona <strong>de</strong><br />

Cuticsa, una columna <strong>de</strong> sen<strong>de</strong>ristas disfrazados <strong>de</strong> militares ingresó al pueblo y asesinó a once campesinos.<br />

Asimismo, en octubre <strong>de</strong>l mismo año, otra columna ingresó a Puyhuán y asesinó a quince pobladores.<br />

TOMO IV PÁGINA 100

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