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Sección Tercera: Los Escenarios de La Violencia - DHnet

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PRIMERA PARTE SECCIÓN TERCERA CAPÍTULO 1<br />

<strong>de</strong>terminadas zonas controladas por las Fuerzas Armadas, así como cierto <strong>de</strong>sgano entre su Estado Mayor por<br />

el recorte <strong>de</strong> sus prerrogativas. <strong>La</strong> Marina se retiró <strong>de</strong> Huanta y el Ejército optó por una represión mucho más<br />

selectiva con el fin <strong>de</strong> aproximarse a la población y apoyó con <strong>de</strong>cisión a las rondas campesinas. Por su parte,<br />

el PCP-SL expandió su accionar a otras zonas <strong>de</strong>l país, para lo cual trasladó a algunos <strong>de</strong> sus cuadros fuera <strong>de</strong>l<br />

ámbito regional ayacuchano.<br />

Varios factores contribuyeron a que, entre 1986 y 1988, se produjera una relativa calma en Ayacucho. Por<br />

un lado, el PCP-SL redujo significativamente el número <strong>de</strong> sus acciones en el <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong>bido a la <strong>de</strong>cisión<br />

tomada en el 4º pleno <strong>de</strong> su comité central <strong>de</strong> expandir la guerra a toda la sierra <strong>de</strong>l país, y como consecuencia<br />

<strong>de</strong> la arremetida <strong>de</strong> las Fuerzas Armadas y <strong>de</strong> las rondas, que habían afectado seriamente sus bases <strong>de</strong><br />

apoyo. Por otro lado, en julio <strong>de</strong> 1985 se retiró la Marina y fue reemplazada por el Ejército, que aplicó una<br />

represión más selectiva y buscó cierto acercamiento a la población. A<strong>de</strong>más, el relevo <strong>de</strong> varios generales <strong>de</strong><br />

alto nivel <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> las matanzas <strong>de</strong> Acomarca y Pucayacu produjo un gran <strong>de</strong>sconcierto <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las Fuerzas<br />

Armadas (Tapia 1997: 41) y cierto <strong>de</strong>sgano <strong>de</strong>l Estado Mayor en la acción contrasubversiva (Degregori y<br />

Rivera 1993: 12). En otras palabras, los militares se retiraron a los cuarteles y el PCP-SL aprovechó la oportunidad<br />

para lanzar una nueva ofensiva en busca <strong>de</strong>l «equilibrio estratégico».<br />

En las elecciones municipales <strong>de</strong> 1987, la Izquierda Unida se alzó con la victoria en la provincia <strong>de</strong> Huamanga<br />

y el PAP lo hizo en Huanta y en <strong>La</strong> Mar. Como era <strong>de</strong> esperarse, las nuevas autorida<strong>de</strong>s municipales<br />

<strong>de</strong> los principales centros urbanos se convirtieron en el blanco privilegiado <strong>de</strong>l PCP-SL, aunque las acciones<br />

violentas en el campo disminuyeron ostensiblemente. En Huanta, el flamante alcal<strong>de</strong> provincial Yangali fue<br />

asesinado por los subversivos, que posteriormente matarían también a un regidor. El 3 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1987,<br />

miembros <strong>de</strong>l PCP-SL asesinaron al sacerdote Víctor Acuña Cár<strong>de</strong>nas mientras celebraba una misa en la iglesia<br />

<strong>de</strong> la Magdalena, en Huamanga, acusándolo <strong>de</strong> haber negociado alimentos donados para Caritas.<br />

Intensificación <strong>de</strong>l conflicto armado interno: 1988-1991<br />

En 1988 el general José Valdivia Dueñas asumió la jefatura <strong>de</strong>l comando político militar. <strong>La</strong>s relaciones con las<br />

autorida<strong>de</strong>s civiles volvieron a endurecerse y surgió un nuevo actor en el ya intrincado panorama <strong>de</strong>l conflicto<br />

armado interno: el comando Rodrigo Franco. Por su parte, ese año el PCP-SL convocó a otros dos paros<br />

armados: uno en julio y otro en noviembre. El hartazgo <strong>de</strong> la población ante una guerra prolongada y sin resolución<br />

empezó a hacerse cada vez más evi<strong>de</strong>nte, ya que la paralización <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s –que a veces duraba<br />

semanas enteras– afectaba la exigua economía local. Al no contar con electricidad, los pequeños industriales,<br />

los empleados públicos, los talleristas, los artesanos y las amas <strong>de</strong> casa se vieron directamente<br />

afectados. Este malestar <strong>de</strong> la población fue percibido por el comando político militar, que en su afán por contrarrestar<br />

al PCP-SL empezó a convocar a falsos paros armados por medio <strong>de</strong> volantes. Esto causó la inmediata<br />

reacción <strong>de</strong>l PCP-SL:<br />

Por enésima vez el llamado Frente Huamanga <strong>de</strong>cretó un falso paro armado para los días 25-26 <strong>de</strong> octubre, pero,<br />

una vez más, el tiro les salió por la culata, pues nuestro pueblo sabe muy bien cuándo es el PCP el que convoca a<br />

los paros y cuándo son los reaccionarios los que montan estúpidas patrañas [...] En los volantes fraguados que<br />

hicieron circular hay cacacenadas que sólo podridos cachacos aprendices en el manejo <strong>de</strong> guerra psicológica podrían<br />

vomitar (volante <strong>de</strong>l PCP-SL).<br />

Asimismo, pomposamente anunciaban que se encontraban en una fase superior <strong>de</strong> la «guerra popular»:<br />

el llamado «equilibrio estratégico». Por esta razón, entre fines <strong>de</strong> 1989 y principios <strong>de</strong> 1990, en una importante<br />

coyuntura electoral, se lanzaron a boicotear las elecciones, <strong>de</strong>splegando para ello su ofensiva en áreas<br />

urbanas y rurales. Por su parte, las rondas campesinas –cada vez más numerosas– también intensificaron su<br />

accionar, empantanando las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l PCP-SL y obligando a las columnas <strong>de</strong> subversivos a replegarse<br />

en las áreas urbanas.<br />

<strong>La</strong>s rondas vivieron una segunda experiencia <strong>de</strong> enfrentamientos sostenidos con los subversivos entre<br />

1989 y 1990. En esos años, las condiciones climáticas afectaron gravemente la producción agrícola, y las columnas<br />

<strong>de</strong>l PCP-SL, que contaban con el apoyo campesino para su manutención, se vieron rechazadas.<br />

En marzo <strong>de</strong> 1988, un grupo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sconocidos hizo estallar bombas en la universidad. En julio <strong>de</strong>l mismo<br />

año, la universidad amaneció emban<strong>de</strong>rada con estandartes en los cuales se leía «Comando Rodrigo Franco-<br />

TOMO IV PÁGINA 70

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