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Sección Tercera: Los Escenarios de La Violencia - DHnet

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PRIMERA PARTE SECCIÓN TERCERA CAPÍTULO 1<br />

ticiamiento <strong>de</strong> nueve estudiantes y <strong>de</strong> un profesor <strong>de</strong> <strong>La</strong> Cantuta tuvo gran resonancia política, pues constituyó<br />

una prueba fehaciente <strong>de</strong> la responsabilidad <strong>de</strong> importantes mandos políticos y militares en los hechos<br />

violatorios <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos durante la guerra interna.<br />

<strong>Los</strong> mecanismos <strong>de</strong> captación y <strong>de</strong> legitimación<br />

El 18 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1982, un grupo <strong>de</strong> sen<strong>de</strong>ristas iluminó uno <strong>de</strong> los cerros <strong>de</strong> El Agustino con la hoz y el martillo.<br />

Este acto simbólico, conjuntamente con la voladura <strong>de</strong> torres <strong>de</strong> energía eléctrica, fueron parte <strong>de</strong> la estrategia<br />

sen<strong>de</strong>rista en distritos como El Agustino y Chosica, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el inicio <strong>de</strong> sus acciones fueron prioritarios<br />

para el PCP-SL, aun cuando sus acciones principales se realizaban en las zonas rurales, principalmente<br />

en la región ayacuchana. Por otra parte, en El Agustino se formó una «escuela militar» a cargo <strong>de</strong> <strong>La</strong>ura Zambrano,<br />

mientras que las acciones en Ate Vitarte se concentraron en capturar e influir en espacios como los<br />

sindicatos. En esto último se pue<strong>de</strong>n distinguir dos fases: una primera, <strong>de</strong> <strong>de</strong>slegitimación <strong>de</strong> las luchas sindicales,<br />

en la que tildaban a los dirigentes <strong>de</strong> «revisionistas conciliadores» mientras buscaban captar militantes<br />

para que realizaran tareas en los aparatos armados, logísticos o <strong>de</strong> inteligencia, y una segunda, con una intensa<br />

labor <strong>de</strong> entrega <strong>de</strong> volantes y proclamación <strong>de</strong> arengas a la salida <strong>de</strong> las fábricas, combinada con una estrategia<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> la infraestructura fabril como parte <strong>de</strong> los acuerdos <strong>de</strong>l I congreso. Tal fue el caso<br />

<strong>de</strong> Nylon, Rayón, Bata, Nissan y otras fábricas localizadas en la Carretera Central. Lejos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollar las<br />

bases, los ataques e incendios <strong>de</strong> fábricas generaron el rechazo <strong>de</strong> los trabajadores, que vieron mermados sus<br />

puestos <strong>de</strong> trabajo y que, incluso, quebraron las <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong> reposición <strong>de</strong> los empleados <strong>de</strong> Nissan y afectaron<br />

a los <strong>de</strong> Bata, que cerró secciones enteras como producto <strong>de</strong> los incendios.<br />

El PCP-SL privilegió, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los sabotajes, la confrontación, incitando a la reacción violenta <strong>de</strong> las<br />

Fuerzas Policiales en las marchas <strong>de</strong> huelguistas, a la vez que reforzó su trabajo político con una diversidad <strong>de</strong><br />

modalida<strong>de</strong>s: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> volantes y asesinatos <strong>de</strong> supuestos dirigentes «traidores» hasta el copamiento <strong>de</strong> las dirigencias<br />

sindicales y convocatorias a paros armados. Con estas tácticas, las divergencias entre el PCP-SL y los<br />

trabajadores organizados se profundizaron, aunque el primero logró captar a los sectores más radicalizados,<br />

que propugnaban una huelga general in<strong>de</strong>finida.<br />

En El Agustino, Ate Vitarte y Chosica, tras el ajuste económico <strong>de</strong> 1991, se pusieron en marcha programas<br />

<strong>de</strong> emergencia, mientras que el PCP-SL introducía la noción <strong>de</strong> «sanción ejemplar» como método <strong>de</strong> sometimiento<br />

<strong>de</strong> las dirigencias. A su vez, se presentaba como garante <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n en los mercados, obligando al control<br />

<strong>de</strong> precios y ajusticiando a los <strong>de</strong>lincuentes. En Raucana —el mayor experimento organizativo sen<strong>de</strong>rista—,<br />

los moradores provenían <strong>de</strong> El Agustino, don<strong>de</strong> el proselitismo sen<strong>de</strong>rista fue muy temprano, así como<br />

<strong>de</strong> Andahuaylas (el contingente más numeroso), <strong>Los</strong> Ángeles, Yerbateros, Granja Azul, San Gregorio, Vitarte,<br />

Nueva Esperanza y Vista Alegre, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> un importante grupo <strong>de</strong> provincianos <strong>de</strong>splazados por la violencia<br />

en las zonas rurales, e incluso proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> otras zonas <strong>de</strong> Lima. <strong>La</strong> situación laboral <strong>de</strong> la gran mayoría<br />

era precaria, y su capacidad <strong>de</strong> organización muy limitada. Con ellos, el PCP-SL constituyó en Raucana un<br />

«comité popular abierto», en el corazón <strong>de</strong> Ate Vitarte.<br />

<strong>La</strong> lógica <strong>de</strong>l paro armado<br />

<strong>Los</strong> paros armados <strong>de</strong>l PCP-SL formaban parte <strong>de</strong> una lógica <strong>de</strong> amedrentamiento y orquestación <strong>de</strong> acciones,<br />

con el objetivo <strong>de</strong> provocar el colapso <strong>de</strong>l Estado mediante la generalización <strong>de</strong> la violencia. Estos paros armados<br />

se ubican en la tercera etapa <strong>de</strong> la violencia en Lima Metropolitana, aquella vinculada con el <strong>de</strong>sarrollo<br />

<strong>de</strong>l «equilibrio estratégico». Se trataba <strong>de</strong> una acción militar que comprendía todas las otras formas <strong>de</strong> lucha<br />

sen<strong>de</strong>rista (agitación y propaganda, sabotajes, aniquilamiento selectivo, combate guerrillero), con un claro<br />

objetivo político: «aislar y socavar al viejo Estado, mostrando su impotencia». El primer paro armado en Lima,<br />

con el objetivo <strong>de</strong> competir con la Izquierda Unida como proyecto político, se llevó a cabo el 19 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong><br />

1989, coincidiendo con el I congreso <strong>de</strong> Izquierda Unida en Huampaní, en la Carretera Central. Posteriormente,<br />

las zonas preferidas por el PCP-SL fueron los sectores ocupacionales <strong>de</strong> la capital, luego la Carretera Central,<br />

Chosica, y posteriormente, Canto Gran<strong>de</strong>.<br />

El paro armado como modalidad subversiva creció en importancia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que la directiva sen<strong>de</strong>rista proclamó<br />

la llegada <strong>de</strong>l «equilibrio estratégico». <strong>La</strong>s convocatorias solían coincidir con fechas emblemáticas <strong>de</strong>l<br />

PCP-SL, aunque a menudo formaban parte <strong>de</strong> campañas planificadas, con plataformas reivindicativas muy<br />

TOMO IV PÁGINA 314

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