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Sección Tercera: Los Escenarios de La Violencia - DHnet

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LA VIOLENCIA EN LAS REGIONES<br />

to <strong>de</strong> Comas), protegidos por un contingente militar, eligieron a los presi<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> las rondas campesinas <strong>de</strong><br />

las comunida<strong>de</strong>s presentes, acordando las acciones que ejecutarían en el más breve lapso sobre vigilancia,<br />

control y <strong>de</strong>splazamiento por las comunida<strong>de</strong>s.<br />

El enfrentamiento con los <strong>de</strong>stacamentos subversivos no tardó en producirse, muy cerca <strong>de</strong> la comunidad<br />

<strong>de</strong> Talhuis. Una columna <strong>de</strong> 45 sen<strong>de</strong>ristas aproximadamente fue ro<strong>de</strong>ada por doscientos comuneros ron<strong>de</strong>ros<br />

armados <strong>de</strong> piedras, palos y armas blancas, provenientes <strong>de</strong> los poblados vecinos <strong>de</strong> Runatullo, Torolumi,<br />

Todos los Santos y Marayniyoq. <strong>Los</strong> subversivos se dieron cuenta <strong>de</strong> que los ron<strong>de</strong>ros los superaban numéricamente<br />

y optaron por retirarse con dirección al distrito <strong>de</strong> Mariscal Castilla. En la refriega murió <strong>de</strong> un balazo<br />

el ron<strong>de</strong>ro Marcelino Pare<strong>de</strong>s.<br />

Una semana <strong>de</strong>spués, los ron<strong>de</strong>ros ubicaron a otra columna <strong>de</strong> aproximadamente veinte subversivos en<br />

un paraje cercano a Cochas:<br />

Aquella mañana vinieron los comuneros <strong>de</strong> la otra margen [<strong>de</strong>l río], se convocó con corneta [...] se fueron el encuentro<br />

<strong>de</strong> los subversivos y se les encontró a los subversivos. Hubo un enfrentamiento. Murieron en él siete<br />

subversivos y dos fueron <strong>de</strong>tenidos, uno <strong>de</strong> ellos una joven mujer embarazada y un adolescente.<br />

<strong>Los</strong> comuneros <strong>de</strong>capitaron a los subversivos caídos y los que lograron escapar fueron encontrados al día<br />

siguiente «gracias a que las rondas conocemos todos los lugares, caminos y sen<strong>de</strong>ros por los cuales transitan<br />

los subversivos». Entonces se produjo otro enfrentamiento, en el que resultaron muertos otros cuatro sen<strong>de</strong>ristas,<br />

mientras que uno fue capturado y entregado al Ejército.<br />

El 2 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1990, en la comunidad <strong>de</strong> Marayniyoc, en una sorpresiva incursión sen<strong>de</strong>rista, cayeron<br />

abatidos los ron<strong>de</strong>ros Bernardino Parado, Felipe Sosa, Erquinio Sosa y Avelino Salazar, así como Feliciano<br />

Suárez, presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la comunidad.<br />

El esfuerzo <strong>de</strong> los pobladores, convertidos en ron<strong>de</strong>ros para acabar con los subversivos, fue acompañado<br />

algunas veces por las fuerzas <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n con la misma coartada utilizada en Cunas y Canipaco <strong>de</strong> presentarse<br />

en nombre <strong>de</strong>l MRTA para ubicar y ejecutar a presuntos sen<strong>de</strong>ristas o colaboradores <strong>de</strong> los grupos armados.<br />

<strong>La</strong> noche <strong>de</strong>l 19 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1990, un grupo <strong>de</strong> personas, con el rostro cubierto con pasamontañas y armado<br />

con fusiles <strong>de</strong> guerra, tomó la capital <strong>de</strong>l distrito <strong>de</strong> Cochas presentándose ante la población como militantes<br />

<strong>de</strong>l MRTA. Uno <strong>de</strong> los encapuchados leyó una lista <strong>de</strong> nombres, entre los cuales figuraban los <strong>de</strong> Cirilo Muñoz,<br />

Benedicto Muñoz, Serafina Vásquez y Eli Orihuela, quienes fueron ubicados, torturados y asesinados en<br />

el interior <strong>de</strong> una casa. Ese mismo día, miembros <strong>de</strong>l Ejército arribaron a Cochas y or<strong>de</strong>naron a los pobladores<br />

que <strong>de</strong>saparecieran los cuerpos <strong>de</strong> las víctimas en un lugar <strong>de</strong>scampado, tal como ocurrió.<br />

El enfrentamiento <strong>de</strong> las rondas y las patrullas <strong>de</strong>l Ejército con las columnas sen<strong>de</strong>ristas, así como los asesinatos<br />

selectivos, fueron la causa <strong>de</strong> la mayor cantidad <strong>de</strong> muertos en ese período.<br />

Tomando como mo<strong>de</strong>lo los comités sen<strong>de</strong>ristas, las 48 comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Tulumayo se organizaron en<br />

sendos comités <strong>de</strong> auto<strong>de</strong>fensa sin mayor coordinación entre sí, cada uno <strong>de</strong> ellos integrado por un número<br />

variable <strong>de</strong> grupos <strong>de</strong> rondas a la manera <strong>de</strong> los pelotones sen<strong>de</strong>ristas. En marzo <strong>de</strong> 1990, los <strong>de</strong>legados <strong>de</strong><br />

todas las comunida<strong>de</strong>s se reunieron en una asamblea general, don<strong>de</strong> acordaron la formación <strong>de</strong>l comité central<br />

<strong>de</strong> las rondas campesinas <strong>de</strong>l alto y bajo Tulumayo. Unos meses <strong>de</strong>spués, en julio <strong>de</strong> 1990, los dirigentes<br />

<strong>de</strong>l comité central elaboraron su primer estatuto.<br />

Des<strong>de</strong> inicios <strong>de</strong> 1990, y en estrecha coordinación con el Ejército, las rondas campesinas recorrían el Tulumayo<br />

sin armas <strong>de</strong> fuego, hasta que en 1991 el comité central <strong>de</strong> rondas campesinas <strong>de</strong>l Tulumayo recibió escopetas<br />

y los militares se encargaron <strong>de</strong> dar instrucción militar a los ron<strong>de</strong>ros. <strong>La</strong> presencia <strong>de</strong>l Ejército se fue volviendo<br />

incómoda para la población: «A cada rato nos llamaban para los <strong>de</strong>sfiles, para la preparación militar,<br />

manejo <strong>de</strong> armas... pero nosotros ya sabíamos eso. Nos enseñó, pero si ya sabíamos». Sin embargo, dicha incomodidad<br />

fue sobrellevada por el sentimiento <strong>de</strong> culpa <strong>de</strong> los ron<strong>de</strong>ros, quienes habían aceptado —en algunos<br />

casos voluntariamente— el or<strong>de</strong>n sen<strong>de</strong>rista, lo que se consi<strong>de</strong>raba razón suficiente para someterse a las ór<strong>de</strong>nes<br />

<strong>de</strong>l Ejército. «Nosotros, un tanto tímidos por lo que había pasado, en el fondo teníamos culpabilidad <strong>de</strong> pertenecer<br />

a la subversión... Tenías que humillarte».<br />

En julio <strong>de</strong> 1992, el <strong>de</strong>stacamento militar instalado en Comas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1991 se convirtió en una base contrasubversiva.<br />

Hasta ese momento, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los primeros meses <strong>de</strong> 1990, las rondas se habían encargado <strong>de</strong>l control<br />

TOMO IV PÁGINA 139

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