Sección Tercera: Los Escenarios de La Violencia - DHnet
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PRIMERA PARTE SECCIÓN TERCERA CAPÍTULO 1<br />
crecimiento urbano (Breña, Surquillo y San Martín <strong>de</strong> Porres). Durante los años setenta, Lima conoció su mayor<br />
crecimiento periférico: se crearon nuevos distritos a partir <strong>de</strong> la formación <strong>de</strong> barriadas en los conos Norte<br />
(Comas e In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia), Sur (Villa María <strong>de</strong>l Triunfo y San Juan <strong>de</strong> Miraflores) y Este (El Agustino). Así, el<br />
censo <strong>de</strong> 1981 registra ya un total <strong>de</strong> 39 distritos en Lima Metropolitana y para el <strong>de</strong> 1993 ya habían aumentado<br />
a 43 como producto <strong>de</strong> la expansión física <strong>de</strong> la ciudad y <strong>de</strong> la subdividisión <strong>de</strong> antiguos distritos.<br />
Mientras que en 1972 el distrito más poblado era el Cercado <strong>de</strong> Lima, con 354,294 habitantes, para el censo<br />
<strong>de</strong> 1981 el distrito con mayor población era San Martín <strong>de</strong> Porres, con 404,856 habitantes, y para el censo <strong>de</strong><br />
1993 el distrito que registra en términos absolutos la mayor cantidad <strong>de</strong> habitantes era San Juan <strong>de</strong> Lurigancho,<br />
con 591,213 habitantes. Siguiendo las tasas <strong>de</strong> crecimiento en el período 1981-1993, se observa que los<br />
distritos con tasas negativas <strong>de</strong> crecimiento son los que se encuentran en el área antigua <strong>de</strong> la ciudad, en tanto<br />
que los distritos reconocidos en las últimas tres décadas, luego <strong>de</strong> haber tenido altas tasas <strong>de</strong> crecimiento, se<br />
han estabilizado alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l 5%. Sin embargo, distritos populares como San Juan <strong>de</strong> Lurigancho, Ate Vitarte<br />
y Pachacámac superan este promedio.<br />
<strong>La</strong> ciudad cambió radicalmente y terminó por <strong>de</strong>finirse el carácter mayoritariamente ‘cholo’ <strong>de</strong>l rostro urbano,<br />
como resultado <strong>de</strong> la progresiva migración interna que convirtió al Perú en un país completamente<br />
distinto en menos <strong>de</strong> cincuenta años. Esta población inmigrante, conjuntamente con los pobladores <strong>de</strong> tugurios<br />
y callejones, es la que organiza invasiones <strong>de</strong> tierras en las afueras <strong>de</strong> la capital, construye viviendas precarias<br />
y lucha por obtener servicios básicos.<br />
De este modo se gestaron múltiples organizaciones al interior <strong>de</strong> las barriadas, que variaron en su conformación<br />
y sus objetivos a lo largo <strong>de</strong> los años pero que fueron un objetivo central <strong>de</strong> la actividad subversiva<br />
en Lima, don<strong>de</strong> la combinación entre la crisis económica y el colapso <strong>de</strong> los mecanismos mediadores tradicionales<br />
entre Estado y sociedad colocaron el telón <strong>de</strong> fondo sobre el cual el PCP-SL, el Movimiento Revolucionario<br />
Túpac Amaru y las fuerzas <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n realizaron sus acciones organizativas y operativas en Lima, especialmente<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> 1988.<br />
5.1.2. Economía y pobreza urbana<br />
En 1950, la población migrante resi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> las barriadas representaba el 10% <strong>de</strong>l área urbana <strong>de</strong> la capital,<br />
pero en 1980 había llegado al 50%. A mediados <strong>de</strong> los ochenta, el 80% <strong>de</strong> la extensión <strong>de</strong> Lima se hallaba<br />
ocupado por barriadas, tugurios y barrios populares; el restante 20% correspondía a los barrios resi<strong>de</strong>nciales<br />
<strong>de</strong> las clases media y alta. Así, la población <strong>de</strong> las barriadas –casi inexistente en 1940– en 1956 llegó a<br />
110,000 y en 1987 bor<strong>de</strong>aba los dos millones, con una tasa <strong>de</strong> crecimiento medio anual <strong>de</strong> aproximadamente<br />
9.8% entre 1956 y 1987. Este crecimiento no fue homogéneo –ni mucho menos planificado–, pero se observa<br />
un progresivo incremento <strong>de</strong> la pobreza urbana, pues si en 1970 sólo el 37% <strong>de</strong> los pobres residían en las<br />
ciuda<strong>de</strong>s, hacia fines <strong>de</strong> los ochenta esta tasa superaba el 50%. <strong>Los</strong> pobladores, en su esfuerzo por sobrevivir,<br />
generaron diversas formas organizacionales para enfrentar colectivamente problemas básicos <strong>de</strong> alimentación,<br />
salud, etcétera.<br />
En el período <strong>de</strong> 1972 a 1981 hubo un incremento <strong>de</strong> la población urbana <strong>de</strong>l 5.2%, pero ello no estuvo<br />
acompañado por un crecimiento económico. <strong>Los</strong> trabajadores asalariados vieron reducirse sus ingresos <strong>de</strong> un<br />
48% <strong>de</strong>l ingreso nacional en 1963 a un 35% en 1989, mientras que en el mismo período los empresarios y rentistas<br />
aumentaron sus ingresos <strong>de</strong> 24% a 44%. <strong>La</strong> precariedad en las condiciones <strong>de</strong> vida se agudizó entre 1982<br />
y 1993: el <strong>de</strong>rrumbe <strong>de</strong> la economía redujo a la mitad a la clase obrera industrial, y el sector informal aumentó<br />
drásticamente: <strong>de</strong> 31% en 1983 a 42.2% en 1990.<br />
Si bien hay relación entre el cambio <strong>de</strong>mográfico y el crecimiento <strong>de</strong> la economía informal, las <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s<br />
en la distribución <strong>de</strong>l ingreso no sufrieron mayor variación, al punto que el ingreso per cápita nacional<br />
creció poco más <strong>de</strong> 1% anual entre 1890 y 1975. En este lapso se afianzó el protagonismo <strong>de</strong>l Estado en las<br />
políticas <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo e integración social, lo que alcanzó su mayor expresión durante el gobierno militar <strong>de</strong><br />
Velasco y el gobierno populista <strong>de</strong> Alan García.<br />
TOMO IV PÁGINA 300