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Sección Tercera: Los Escenarios de La Violencia - DHnet

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PRIMERA PARTE SECCIÓN TERCERA CAPÍTULO 1<br />

guas el ataque <strong>de</strong>l 18 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1990 a una camioneta militar, don<strong>de</strong> fallecieron un capitán y dos soldados, y el<br />

asesinato <strong>de</strong> dos dirigentes <strong>de</strong> la Fe<strong>de</strong>ración Agraria cometido en respuesta. Antes <strong>de</strong> ingresar a Yurimaguas, la<br />

columna <strong>de</strong>l MRTA realizó un mitin en Shucshuyacu, y el 5 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1990 incursionó en la ciudad <strong>de</strong> Yurimaguas<br />

con 95 hombres armados que atacaron en dos grupos la base <strong>de</strong> la Marina <strong>de</strong> Guerra, así como el puesto<br />

policial, obligando a rendirse a los pocos policías que había y liberando a los presos en la cárcel local. Mientras<br />

un grupo realizaba un mitin, otro se <strong>de</strong>dicaba a abrir las puertas <strong>de</strong> los centros comerciales para que los pobladores<br />

se apo<strong>de</strong>raran <strong>de</strong> los bienes. En el mitin preguntaron a los pobladores si querían que dieran muerte a los<br />

tres policías que tenían amarrados, pero los asistentes se negaron y los policías salvaron la vida. <strong>La</strong> base <strong>de</strong> la<br />

Marina <strong>de</strong> Guerra, finalmente, apoyada por refuerzos <strong>de</strong> Tarapoto los obligó a huir.<br />

El grupo <strong>de</strong>l MRTA retornó a Shucshuyacu, don<strong>de</strong> les dieron alcance médicos <strong>de</strong> la Cruz Roja, que atendieron<br />

a siete heridos graves. Lo <strong>de</strong> Yurimaguas no fue una toma sino una incursión con posicionamiento<br />

breve, con ataques al puesto policial, a la cárcel y al <strong>de</strong>stacamento <strong>de</strong> la Marina <strong>de</strong> Guerra. Si bien realizaron<br />

un mitin y ayudaron a saquear a la ciudad, lo hicieron sin tener el control absoluto <strong>de</strong> la situación.<br />

Aparte <strong>de</strong> este hecho, los subversivos <strong>de</strong>l MRTA y <strong>de</strong>l PCP-SL tuvieron escasa presencia en Yurimaguas por<br />

la acción <strong>de</strong> la Marina <strong>de</strong> Guerra y la Policía, que capturaron a los lí<strong>de</strong>res y <strong>de</strong>sbarataron sus organizaciones.<br />

Declive <strong>de</strong> la violencia: 1993-2000<br />

¿Por qué el MRTA y el PCP-SL perdieron el apoyo ganado en las poblaciones, que inicialmente aprobaron sus<br />

acciones? ¿Fue sólo éxito <strong>de</strong> las estrategias políticas y militares <strong>de</strong>l comando militar <strong>de</strong>l Huallaga? ¿O fueron<br />

también los errores cometidos en sus relaciones con las organizaciones y la población <strong>de</strong> base, que se cansó <strong>de</strong><br />

los excesos y arbitrarieda<strong>de</strong>s cometidas bajo el terror <strong>de</strong> las armas?<br />

Resulta evi<strong>de</strong>nte que la ofensiva militar emprendida por el comando político militar <strong>de</strong>l Huallaga <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

1990 condujo a la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong>l MRTA en San Martín, pero <strong>de</strong>bemos sumar a ello otros factores que propiciaron<br />

la disminución significativa <strong>de</strong> la violencia en la zona <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1993, entre los cuales se incluyen las<br />

disputas internas <strong>de</strong>l MRTA (generadas, en parte, por conflictos <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong>l reparto <strong>de</strong> fondos provenientes<br />

<strong>de</strong> las re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> narcotráfico), sus enfrentamientos con el PCP-SL y, sobre todo, la <strong>de</strong>serción masiva<br />

<strong>de</strong> integrantes <strong>de</strong> la organización, <strong>de</strong>sencantados <strong>de</strong> ella y alentados por el <strong>de</strong>creto ley que legitimó el arrepentimiento<br />

<strong>de</strong> subversivos, emitido en 1992.<br />

<strong>La</strong>s pugnas internas<br />

Para fines <strong>de</strong> 1991, las disputas internas <strong>de</strong>l FNO lo resquebrajaron, lo que fue aprovechado por el PCP-SL<br />

para ir consolidando los territorios que había ganado en la parte sur <strong>de</strong>l <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> San Martín.<br />

Todo empezó el 9 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong>l 92 [...] Llegamos a un acuerdo con Juan Vega, «Pepe», Javier Orbe, «Tarzán», Juan<br />

Pasquel, «Gato»’, y Alfonso Ushiñaua, «Chávez»’, para reunir a cien combatientes en la zona Alberto Leveau,<br />

Huallaga Central. El día 10 <strong>de</strong> febrero, tenía que integrarse a mi columna José Torres, «Abel», con treinta compañeros<br />

más; sin embargo, Serpa y Rincón se enteraron <strong>de</strong> la maniobra que estuve haciendo, por ello envió tropas<br />

para liquidarme. En el camino se encontraron con la columna <strong>de</strong> «Abel»’, <strong>de</strong>sarrollándose el primer enfrentamiento<br />

entre los bandos; hubo muchos heridos y muertos; empezó el <strong>de</strong>sconcierto. Conocedores <strong>de</strong> este acontecimiento,<br />

un grupo <strong>de</strong> compañeros me preguntó qué es lo que estaba pasando [...] Convencidos <strong>de</strong> que los había<br />

golpeado en lo más profundo <strong>de</strong> su orgullo, Serpa y Rincón reunieron a toda la tropa <strong>de</strong>l Frente Nororiental que<br />

sumaron trescientos, y al mando <strong>de</strong> Hugo Avellaneda y Andrés Mendoza, «Grillo», empezaron a perseguirme en<br />

la montaña; la consigna era capturarme vivo o muerto, al igual que a mis compañeros y mandos; yo contaba con<br />

35 combatientes y me <strong>de</strong>dicaba a evadirme [...] El día 23 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1993, di una conferencia <strong>de</strong> prensa confirmando<br />

el por quó <strong>de</strong> nuestro alejamiento <strong>de</strong>l MRTA, por tal actitud se acentuó la persecución y tuvimos dos escaramuzas<br />

en la localidad <strong>de</strong> Sauce, don<strong>de</strong> la columna que me perseguía se dividió («Ricardo»).<br />

Esta opinión <strong>de</strong> «Ricardo» muestra el <strong>de</strong>smoronamiento <strong>de</strong> la organización que, <strong>de</strong> la misma manera que<br />

había incrementado sus militantes muy rápidamente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1987, perdió con la misma rapi<strong>de</strong>z el apoyo <strong>de</strong> la<br />

población y, sobre todo, sufrió la <strong>de</strong>serción o el retiro masivo <strong>de</strong> la mayoría <strong>de</strong> sus combatientes, acogidos en<br />

buena medida a las normas <strong>de</strong> arrepentimiento propuestas por el Estado. A partir <strong>de</strong> 1993, el MRTA mantuvo<br />

sólo dos grupos: uno en la zona <strong>de</strong>l valle <strong>de</strong>l Mayo y otro en el Bajo Huallaga. Si en 1990 el Frente Nororiental<br />

llegó a mil combatientes, según algunos ex integrantes, en 1993 quedaba apenas un centenar <strong>de</strong> ellos. Aquel<br />

TOMO IV PÁGINA 284

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