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Sección Tercera: Los Escenarios de La Violencia - DHnet

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PRIMERA PARTE SECCIÓN TERCERA CAPÍTULO 1<br />

Inicio <strong>de</strong> la violencia: 1980-1982. <strong>La</strong> presencia clan<strong>de</strong>stina <strong>de</strong>l PCP-SL en la UNCP y las primeras ac-<br />

ciones subversivas<br />

Des<strong>de</strong> fines <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1970, algunos militantes <strong>de</strong>l PCP-SL <strong>de</strong>sarrollaban discretas acciones <strong>de</strong> proselitismo<br />

y captación <strong>de</strong> futuros militantes en la comunidad universitaria <strong>de</strong> la UNCP, que combinaban con algunas<br />

presentaciones públicas <strong>de</strong> sus propuestas políticas. Ello los diferenciaba <strong>de</strong> otras organizaciones maoístas<br />

—como Patria Roja, Puka Llacta o Ban<strong>de</strong>ra Roja—, cuya presencia y acción eran evi<strong>de</strong>ntes, en franca<br />

competencia con otras organizaciones y partidos políticos <strong>de</strong> izquierda. En los años siguientes, el trabajo<br />

político <strong>de</strong>l PCP-SL en la UNCP cobró importancia y tuvo una función particular en el contexto <strong>de</strong> violencia<br />

en la región.<br />

<strong>La</strong> primera acción subversiva en la ciudad <strong>de</strong> Huancayo fue el lanzamiento <strong>de</strong> cargas explosivas contra el<br />

puesto policial y la municipalidad distrital <strong>de</strong> Chilca, el 1 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1980. El 22 <strong>de</strong>l mismo mes se atentó<br />

contra la Corte Superior <strong>de</strong> Justicia <strong>de</strong> Junín, el juzgado <strong>de</strong> tierras y la municipalidad distrital <strong>de</strong> Chilca; el 11 <strong>de</strong><br />

diciembre la oficina <strong>de</strong>l Plan Meris —ubicada en el distrito <strong>de</strong> El Tambo— fue dinamitada, y dos días <strong>de</strong>spués<br />

los subversivos <strong>de</strong>rribaron una torre <strong>de</strong> alta tensión <strong>de</strong> la línea <strong>de</strong> interconexión <strong>de</strong> la central hidroeléctrica <strong>de</strong>l<br />

Mantaro, en el distrito <strong>de</strong> Chambará, Concepción. Al día siguiente, en el distrito <strong>de</strong> El Tambo, dinamitaron el<br />

<strong>de</strong>pósito <strong>de</strong> la Empresa Nacional <strong>de</strong> Comercialización <strong>de</strong> Insumos (ENCI), y por último, el 16 <strong>de</strong>l mismo mes,<br />

los militantes <strong>de</strong>l PCP-SL atacaron con cargas <strong>de</strong> dinamita el local <strong>de</strong> Acción Popular, en la ciudad <strong>de</strong> Huancayo.<br />

En suma, las primeras operaciones <strong>de</strong> mera propaganda dieron paso a actos <strong>de</strong> sabotaje directo contra la<br />

infraestructura pública y privada. El objetivo privilegiado fueron las torres <strong>de</strong> transmisión eléctrica que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

la central hidroeléctrica <strong>de</strong>l Mantaro –ubicada en Tayacaja– abastecían <strong>de</strong> energía eléctrica a Lima y a buena<br />

parte <strong>de</strong>l país. Des<strong>de</strong> el inicio mismo <strong>de</strong> la «guerra popular», también las gran<strong>de</strong>s empresas mineras –en particular<br />

Centromin Perú– fueron blancos <strong>de</strong> la acción <strong>de</strong>l PCP-SL. Así, el 8 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1980 los subversivos<br />

intentaron dinamitar el reservorio <strong>de</strong> agua <strong>de</strong> Centromin Perú en <strong>La</strong> Oroya. <strong>La</strong> <strong>de</strong>strucción sistemática <strong>de</strong><br />

infraestructura minera —y la consecuente parálisis <strong>de</strong> la producción— ocasionó gran<strong>de</strong>s pérdidas al Estado<br />

durante la década <strong>de</strong> 1980 y los primeros años <strong>de</strong> la década siguiente.<br />

En los primeros años —entre 1980 y 1985— casi no se registraron víctimas, pero hubo numerosos atentados<br />

a distintos blancos: puestos policiales, locales públicos, puentes, torres <strong>de</strong> transmisión, minas para<br />

apropiarse <strong>de</strong> dinamita, mechas y fulminantes. El 17 <strong>de</strong> agosto, luego <strong>de</strong>l <strong>de</strong>rribamiento <strong>de</strong> un poste <strong>de</strong> alta<br />

tensión, la ciudad <strong>de</strong> Huancayo conoció su primer apagón general. Simultáneamente, el trabajo proselitista<br />

en la UNCP continuaba.<br />

<strong>La</strong> Policía fue la encargada <strong>de</strong> intentar frenar el avance <strong>de</strong> la subversión en el valle <strong>de</strong>l Mantaro. El incremento<br />

<strong>de</strong> los patrullajes en algunas zonas –sobre todo urbanas– <strong>de</strong> las provincias <strong>de</strong> Jauja, Concepción y<br />

Huancayo, algunas <strong>de</strong>tenciones <strong>de</strong> dirigentes <strong>de</strong> izquierda vinculados —según la Policía— a la subversión, y<br />

la movilización <strong>de</strong> algunas unida<strong>de</strong>s especializadas en la lucha contrainsurgente, como los sinchis o los llapan<br />

atic, fueron algunas <strong>de</strong> las medidas puestas en práctica por las fuerzas <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n. Sin embargo, el incremento<br />

sostenido <strong>de</strong> las acciones subversivas se mantuvo sin mayores variaciones durante los meses siguientes.<br />

Expansión <strong>de</strong> la violencia: 1983-1986<br />

Entre 1983 y 1986, el número <strong>de</strong> acciones subversivas en el valle <strong>de</strong>l Mantaro aumentó y provocó graves daños<br />

en la infraestructura pública y privada. Es posible pensar en un repliegue parcial <strong>de</strong> las fuerzas <strong>de</strong>l PCP-SL<br />

hacia el <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> Junín como consecuencia <strong>de</strong> la ofensiva lanzada por las fuerzas <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n en el <strong>de</strong>partamento<br />

<strong>de</strong> Ayacucho <strong>de</strong>s<strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1983, mientras que la aparición pública <strong>de</strong>l MRTA en la ciudad <strong>de</strong><br />

Huancayo, en octubre <strong>de</strong> 1984, contribuyó a la intensificación <strong>de</strong> la violencia en la región.<br />

Por consiguiente, los atentados contra el sistema <strong>de</strong> transmisión <strong>de</strong> energía eléctrica <strong>de</strong> la central hidroeléctrica<br />

<strong>de</strong>l Mantaro, los asaltos a las minas para aprovisionarse <strong>de</strong> dinamita, los ataques con explosivos a los<br />

puestos policiales, el robo <strong>de</strong> armas a miembros <strong>de</strong> las fuerzas <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n, las incursiones a las instalaciones <strong>de</strong><br />

las SAIS y las acciones <strong>de</strong> propaganda y agitación armada al incursionar en poblados <strong>de</strong>l valle fueron las principales<br />

acciones que emprendieron los militantes <strong>de</strong>l PCP-SL. El MRTA, por su parte, privilegió las acciones<br />

<strong>de</strong> agitación y propaganda armada en las ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Jauja, Concepción y Huancayo. Ambos grupos subver-<br />

TOMO IV PÁGINA 144

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