Sección Tercera: Los Escenarios de La Violencia - DHnet
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PRIMERA PARTE SECCIÓN TERCERA CAPÍTULO 1<br />
según fuentes oficiales, <strong>de</strong> los cuales el MRTA sólo reivindica a 42. Con esta acción, el patrullaje militar implantado<br />
con la instalación <strong>de</strong>l Ejército en el valle lograba un golpe capital al MRTA.<br />
De otra parte, la <strong>de</strong>claración <strong>de</strong>l estado <strong>de</strong> emergencia coincidió con la puesta en marcha <strong>de</strong>l «Plan <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>sarrollar bases en función <strong>de</strong> la conquista <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r», <strong>de</strong>l PCP-SL, entre agosto <strong>de</strong> 1989 y agosto <strong>de</strong> 1992.<br />
Este plan proponía la ampliación <strong>de</strong> las zonas guerrilleras y <strong>de</strong> operaciones, la expansión y consolidación <strong>de</strong><br />
los comités populares y el tránsito a una segunda etapa <strong>de</strong> la «guerra popular»: la <strong>de</strong>l equilibrio estratégico.<br />
En consecuencia, las acciones <strong>de</strong> hostigamiento y los asesinatos <strong>de</strong> integrantes <strong>de</strong> las fuerzas <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n y autorida<strong>de</strong>s<br />
locales, el asalto a puestos policiales, emboscadas y enfrentamientos con el Ejército, así como las acciones<br />
<strong>de</strong> sabotaje y propaganda armada, aumentaron a partir <strong>de</strong>l segundo semestre <strong>de</strong> 1989.<br />
El 16 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1989, un grupo <strong>de</strong> subversivos <strong>de</strong>l PCP-SL atacó el puesto policial <strong>de</strong>l distrito <strong>de</strong> Huaripampa,<br />
en Jauja. En la refriega murieron dos policías y Teodoro Santos Mejía, párroco <strong>de</strong>l lugar. El 7 <strong>de</strong> noviembre<br />
<strong>de</strong> 1989, otro grupo <strong>de</strong> militantes <strong>de</strong>l PCP-SL asaltó el puesto policial <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> <strong>La</strong> Oroya. En<br />
esta acción, tres policías quedaron heridos.<br />
Durante este período, los asentamientos humanos ubicados en los alre<strong>de</strong>dores <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Huancayo<br />
fueron objeto <strong>de</strong> operativos <strong>de</strong> fuerzas combinadas <strong>de</strong> la Policía y el Ejército. El objetivo era <strong>de</strong>tener a presuntos<br />
militantes <strong>de</strong> los grupos subversivos que operaban en estos asentamientos, pues <strong>de</strong>s<strong>de</strong> tiempo atrás, tanto el<br />
MRTA como el PCP-SL procuraban captar simpatizantes en esos espacios marginales y, tal como explicamos en<br />
el caso <strong>de</strong> la selva central y <strong>de</strong>l Tulumayo, también se generaron pugnas entre ambos grupos subversivos por<br />
ganar hegemonía en estos asentamientos humanos <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Huancayo. Pero a raíz <strong>de</strong> los sucesos ocurridos<br />
en Molinos en abril <strong>de</strong> 1989, el trabajo urbano <strong>de</strong>l MRTA se <strong>de</strong>bilitó, y el PCP-SL aprovechó el terreno cedido.<br />
En esas circunstancias se produjo el asesinato <strong>de</strong> Luis Aguilar Romaní, presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l asentamiento humano<br />
«Justicia, Paz y Vida» –uno <strong>de</strong> los más importantes <strong>de</strong> Huancayo por su <strong>de</strong>nsidad <strong>de</strong>mográfica– y catedrático <strong>de</strong><br />
la Universidad Nacional <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong>l Perú, cometido por militantes <strong>de</strong>l PCP-SL el 18 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1989.<br />
El otro escenario en el cual se apreció el <strong>de</strong>clive <strong>de</strong>l MRTA fue la Universidad Nacional <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong>l Perú,<br />
pues algunos <strong>de</strong> sus militantes universitarios fueron enviados al campo para retomar el trabajo político y militar<br />
que habían estado <strong>de</strong>sarrollando otros hasta la <strong>de</strong>rrota sufrida en Molinos. Esta circunstancia fue aprovechada<br />
por los militantes <strong>de</strong>l PCP-SL para incrementar con mayor libertad su intensa labor <strong>de</strong> agitación y propaganda<br />
armada y cometer los primeros asesinatos contra estudiantes <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l campus universitario, como el que <strong>de</strong>jó<br />
como saldo tres universitarios muertos, el 28 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1989. Comenzó entonces la represión selectiva <strong>de</strong> integrantes<br />
<strong>de</strong> la comunidad universitaria por las fuerzas <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n. En 1990, integrantes <strong>de</strong> la comunidad universitaria<br />
presuntamente vinculados con el PCP-SL empezaron a ser <strong>de</strong>saparecidos y ejecutados extrajudicialmente.<br />
Un hecho que impactó en la opinión pública fue la <strong>de</strong>tención <strong>de</strong> Jaime Cerrón Palomino, vicerrector <strong>de</strong> la UNCP,<br />
junto con su chofer Armando Tapia, el 8 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1990. El 19 <strong>de</strong> junio, sus cuerpos sin vida y con visibles huellas<br />
<strong>de</strong> haber sido torturados fueron encontrados en un lugar conocido como Tierra Blanca, en la ciudad <strong>de</strong><br />
Huancayo. Este tipo <strong>de</strong> crímenes continuaron durante los meses y años siguientes, sumando <strong>de</strong>cenas los estudiantes<br />
universitarios, docentes y trabajadores que fueron asesinados por grupos paramilitares.<br />
Al igual que en las elecciones municipales anteriores, los militantes <strong>de</strong>l PCP-SL intentaron boicotear las<br />
elecciones municipales <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1989 y las presi<strong>de</strong>nciales <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1990. Sin embargo –salvo en<br />
algunos alejados distritos <strong>de</strong> las provincias <strong>de</strong> Jauja, Concepción y Huancayo– no lograron su cometido.<br />
<strong>Los</strong> sabotajes <strong>de</strong> mayor envergadura a la producción minera se ejecutaron en 1989, cuando militantes <strong>de</strong>l<br />
PCP-SL <strong>de</strong>struyeron varias locomotoras e importantes instalaciones <strong>de</strong> Centromin Perú. En un documento<br />
fechado en mayo <strong>de</strong> 1990, el comité central <strong>de</strong>l PCP evaluaba el impacto <strong>de</strong> estos sabotajes:<br />
Siguen cumpliendo papel muy importante, golpeando duramente la economía peruana que se <strong>de</strong>senvuelve en las<br />
peores condiciones, en la más profunda crisis <strong>de</strong> nuestra historia. Sabotear la acción minera tiene mucha trascen<strong>de</strong>ncia<br />
porque el mayor porcentaje <strong>de</strong> ingreso <strong>de</strong> divisas proviene <strong>de</strong> esta actividad; golpea directamente al Estado<br />
peruano porque a más <strong>de</strong> crearle problemas son golpes que recibe en su propia actividad económica estatal,<br />
ejemplo, Centromin (Elecciones No! Guerra Popular Sí! 1990).<br />
Pero a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> esta apología <strong>de</strong> sabotajes, el PCP-SL no cejó en sus «aniquilamientos» <strong>de</strong> autorida<strong>de</strong>s: el<br />
22 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1991, en Huasahuasi, Tarma, cayeron victimados por una columna sen<strong>de</strong>rista la monja Irene<br />
Mc Cormack, al presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la comunidad Pedro Pando, al ex teniente alcal<strong>de</strong> Alfredo Morales y al dirigen-<br />
TOMO IV PÁGINA 148