Sección Tercera: Los Escenarios de La Violencia - DHnet
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PRIMERA PARTE SECCIÓN TERCERA CAPÍTULO 1<br />
En los testimonios recogidos por la CVR encontramos miles <strong>de</strong> relatos similares a los <strong>de</strong> Juan, quien narra<br />
cómo fueron muertas cinco autorida<strong>de</strong>s comunales –entre ellas dos familiares suyos– en la sierra <strong>de</strong> Huánuco.<br />
En junio <strong>de</strong> 1988, la comunidad <strong>de</strong> Angasmarca –que por entonces tenía alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> trescientos comuneros<br />
electores– recibió una amenaza <strong>de</strong> los subversivos para que la junta directiva renunciara, pero los comuneros<br />
<strong>de</strong>cidieron <strong>de</strong>sacatar esta or<strong>de</strong>n. Al amanecer <strong>de</strong>l 16 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1988, una columna <strong>de</strong> diez subversivos se<br />
dirigió a cada una <strong>de</strong> las viviendas <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s y las llevó a la plaza <strong>de</strong>l pueblo, algunos apenas con la<br />
ropa interior puesta. Ahí se encontraban veinte subversivos más, quienes vigilaban que ningún poblador saliera<br />
<strong>de</strong> su domicilio. Sin testigos lugareños, el grupo <strong>de</strong>l PCP-SL asesinó a Mauro Capcha Espinoza con dos<br />
«picotazos» <strong>de</strong> zapapicos. El teniente gobernador, Hilarión Capcha Callupe, fue golpeado y luego le sacaron<br />
la lengua, porque aparentemente los insultó, y por último le dieron un «picotazo» mortal. El agente municipal<br />
Pablo Malpartida fue apuñalado hasta morir. El juez <strong>de</strong> paz, Víctor Peña Almerco, cayó ultimado con dos<br />
disparos en la cabeza y un «picotazo» en el cuerpo. <strong>Los</strong> cuatro cuerpos quedaron regados en la plaza <strong>de</strong> armas.<br />
Cuando el día <strong>de</strong>spuntó plenamente y los miembros <strong>de</strong>l PCP-SL se retiraron, los familiares recogieron<br />
los cuerpos <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> las víctimas y las enterraron.<br />
<strong>La</strong> comunidad <strong>de</strong>cidió informar a los militares sobre estos hechos. Un año <strong>de</strong>spués hizo su ingreso el Ejército,<br />
que llamó a la comunidad a una reunión en un lugar llamado Marabamba. En esa oportunidad fueron<br />
nombradas las nuevas autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l pueblo. Después <strong>de</strong> este encuentro, y por sugerencia <strong>de</strong>l Ejército, se<br />
formaron las rondas campesinas, quienes vigilaban por las noches el pueblo. El PCP-SL continuó frecuentando<br />
la comunidad, pero cada vez se <strong>de</strong>bilitaba más, tanto por la intervención <strong>de</strong> los ron<strong>de</strong>ros como por el hostigamiento<br />
<strong>de</strong> las patrullas <strong>de</strong>l Ejército, que <strong>de</strong>comisaron su armamento. Así, los integrantes <strong>de</strong> las filas subversivas<br />
fueron cada vez menos, aunque el movimiento subversivo continuó hasta 1995.<br />
<strong>Los</strong> miembros <strong>de</strong>l PCP actuaban con ferocidad y vesania, eso está fuera <strong>de</strong> duda, pero, por diversas razones,<br />
en algunas oportunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>jaban vivir a quienes ya habían elegido para morir. Esto sucedió con Rosa, quien<br />
salvó su vida gracias a las súplicas y el llanto <strong>de</strong> su menor hija minusválida. Sin embargo no sucedió lo mismo<br />
con su cuñado Luis, quien fue asesinado sólo por increpar a los sen<strong>de</strong>ristas por su comportamiento. <strong>Los</strong> hechos<br />
narrados por Rosa nos remiten al 1 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1988, a la hacienda «Éxito», distrito <strong>de</strong> Chinchao, provincia <strong>de</strong><br />
Huánuco. Ella tenía 35 años, y la víctima 32 años. Rosa residía <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía once años en la hacienda, y cuando<br />
Luis les increpó su actitud diciéndoles «cómo sin criar uste<strong>de</strong>s comen, mientras que la señora Blanquita y sus<br />
hijos no comen nada», los sen<strong>de</strong>ristas lo asesinaron aplicándole un torniquete en el cuello.<br />
Ataques, sabotajes y emboscadas<br />
No cabe duda <strong>de</strong> que el PCP-SL logró eficiencia en las tácticas <strong>de</strong> emboscadas y atentados contra las fuerzas<br />
<strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n, acciones que le servían para agenciarse <strong>de</strong> armas. También está claro que su fuerza principal nunca<br />
dispuso <strong>de</strong> capacidad <strong>de</strong> fuego para la guerra <strong>de</strong> movimientos, don<strong>de</strong> tendría que enfrentar a las fuerzas <strong>de</strong>l<br />
or<strong>de</strong>n. Por ello, el personal <strong>de</strong> las fuerzas <strong>de</strong> seguridad que caía en sus manos era victimado o <strong>de</strong>saparecido.<br />
Edith Bocanegra y Miriam Cortina son testigos <strong>de</strong> actos criminales <strong>de</strong> esta naturaleza, que también pa<strong>de</strong>cieron<br />
cientos <strong>de</strong> integrantes <strong>de</strong> las Fuerzas Armadas y Policiales. Edith Belinda Bocanegra viuda <strong>de</strong> Ríos da cuenta<br />
<strong>de</strong> los hechos ocurridos a su esposo José Antonio Ríos Cieza, asesinado en 1988 en el caserío <strong>de</strong> Pachamachay,<br />
distrito <strong>de</strong> San Rafael, Ambo, Huánuco, por el PCP-SL. Ríos Cieza formaba parte <strong>de</strong> una patrulla <strong>de</strong> doce<br />
miembros <strong>de</strong> la Policía que se dirigían hacia el cerro Pachamachay —lugar don<strong>de</strong> se ubica una torre <strong>de</strong> alta<br />
tensión— en reemplazo <strong>de</strong> otros policías. En el trayecto hacia la torre, fueron víctimas <strong>de</strong> una emboscada preparada<br />
por miembros <strong>de</strong>l PCP-SL, que hizo volar el vehículo policial con todos sus ocupantes. Sólo se salvó<br />
un policía, que a la fecha no sólo está sordo y mudo sino que, a<strong>de</strong>más, perdió una <strong>de</strong> sus piernas. Miriam<br />
Cotrina Ubaldo entregó su testimonio sobre lo ocurrido a su esposo Cecilio Ismael Pardo Vega —a quien cariñosamente<br />
llamaba ‘cholo’—, miembro <strong>de</strong> la Policía <strong>de</strong>saparecido el 24 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1990 a la altura <strong>de</strong> Chullqui,<br />
Santa María <strong>de</strong>l Valle, Huánuco, por el PCP-SL.<br />
<strong>La</strong> Universidad Hermilio Valdizán <strong>de</strong> Huánuco<br />
A lo largo <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> la violencia se constata una y otra vez la importancia asignada por el PCP-SL a<br />
algunas universida<strong>de</strong>s públicas como centro <strong>de</strong> reclutamiento <strong>de</strong> militantes (ver estudio <strong>de</strong> la CVR sobre universida<strong>de</strong>s).<br />
Una <strong>de</strong> las universida<strong>de</strong>s que sufrió los efectos <strong>de</strong> la infiltración sen<strong>de</strong>rista —y la respuesta <strong>de</strong>l<br />
TOMO IV PÁGINA 250