Sección Tercera: Los Escenarios de La Violencia - DHnet
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LA VIOLENCIA EN LAS REGIONES<br />
un gradual proceso <strong>de</strong> organización y movilización <strong>de</strong>l campesinado consistente en una serie <strong>de</strong> acciones <strong>de</strong><br />
recuperación <strong>de</strong> tierras, impulsado por militantes <strong>de</strong> diversas organizaciones y partidos <strong>de</strong> izquierda.<br />
En aquel proceso, aparecieron en el país las guerrillas <strong>de</strong>l Ejército <strong>de</strong> Liberación Nacional (ELN) y <strong>de</strong>l<br />
Movimiento <strong>de</strong> Izquierda Revolucionaria (MIR), ambos movimientos inspirados en la revolución cubana. El<br />
MIR abrió tres frentes militares, aunque sin realizar un sólido trabajo político previo, circunstancia que contribuyó<br />
a su rápida <strong>de</strong>rrota en 1965 a manos <strong>de</strong>l Ejército. El Frente Central, conocido también con el nombre <strong>de</strong><br />
«Túpac Amaru» —uno <strong>de</strong> los tres frentes guerrilleros <strong>de</strong>l MIR— abarcó algunas zonas <strong>de</strong> la provincia <strong>de</strong> Satipo<br />
(<strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> Junín) y <strong>de</strong>l distrito <strong>de</strong> Andamarca (provincia <strong>de</strong> Concepción, <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> Junín).<br />
A pesar <strong>de</strong> su rápida <strong>de</strong>rrota, en estas zonas el recuerdo <strong>de</strong> las guerrillas <strong>de</strong>l 65 se mantuvo vivo hasta la<br />
década <strong>de</strong> 1990. Más aún, antiguos militantes <strong>de</strong>l MIR –como Antonio Meza Bravo– se incorporaron años<br />
<strong>de</strong>spués a las filas <strong>de</strong>l MRTA. Por ello, la acción <strong>de</strong>l frente guerrillero «Túpac Amaru» es el antece<strong>de</strong>nte más<br />
inmediato —aunque lejano— <strong>de</strong> la violencia política en la región central.<br />
En resumen, la violencia política iniciada en 1980 tien<strong>de</strong> a consi<strong>de</strong>rarse un fenómeno propagado por<br />
agentes que aparecieron relativamente tar<strong>de</strong>, <strong>de</strong>bido a las circunstancias que imponía la estrategia insurgente.<br />
Aunque la presencia <strong>de</strong>l PCP-SL y el MRTA en Junín y Pasco se pue<strong>de</strong> rastrear <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los primeros años <strong>de</strong> la<br />
década <strong>de</strong> 1980 —cuando la guerra subversiva ya había cobrado gran notoriedad en Ayacucho—, durante los<br />
primeros años no tuvo mayor trascen<strong>de</strong>ncia en la región central: los grupos subversivos se limitaron a recorrer<br />
ambos <strong>de</strong>partamentos, con muy pocas acciones <strong>de</strong>structivas, arengando a los campesinos sobre su guerra<br />
y ocasionalmente pidiéndoles alimentos y cobijo.<br />
El PCP-SL<br />
Entre 1981 y 1985, Óscar Ramírez Duránd, conocido como Feliciano, se encargó <strong>de</strong>l comité regional centro<br />
(CRC) <strong>de</strong>l PCP-SL —conformado por los <strong>de</strong>partamentos <strong>de</strong> Junín y Pasco—, mientras que las provincias norteñas<br />
<strong>de</strong> Huancavelica formaban parte <strong>de</strong>l comité regional principal (CRP) conformado, a su vez, por los <strong>de</strong>partamentos<br />
Ayacucho, Apurímac y Huancavelica.<br />
Dentro <strong>de</strong>l ámbito <strong>de</strong>l CRC, el <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> Pasco era consi<strong>de</strong>rado como fundamental, porque aquí,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> los primeros años <strong>de</strong> los ochenta, el PCP-SL abrió la primera zona guerrillera en la quebrada <strong>de</strong> Chaupihuaranga,<br />
capacitando a sus cuadros, militantes y simpatizantes en la lucha armada. Se podría <strong>de</strong>cir que, en<br />
la práctica, esta zona funcionó como el espacio <strong>de</strong> entrenamiento en la táctica y estrategia militar maoísta. Es<br />
aquí también don<strong>de</strong> se «ajustició», por primera vez en la región, a alcal<strong>de</strong>s, dirigentes comunales y policías.<br />
Aprovechando el trabajo político previo <strong>de</strong> la ten<strong>de</strong>ncia maoísta <strong>de</strong> Vanguardia Revolucionaria, así como<br />
el <strong>de</strong>l PCP Puka Llacta y otras organizaciones estudiantiles maoístas en el campo y las ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l <strong>de</strong>partamento<br />
<strong>de</strong> Junín y Pasco durante fines <strong>de</strong> la década 1970 y los primeros años <strong>de</strong> la década siguiente, el PCP-SL<br />
logró consolidarse en la región <strong>de</strong>l Centro contra el pronóstico <strong>de</strong> todos los analistas, que consi<strong>de</strong>raban que el<br />
<strong>de</strong>sarrollo económico y político <strong>de</strong> la región central eran, <strong>de</strong> por sí, territorio <strong>de</strong> imposible conquista para la<br />
propuesta sen<strong>de</strong>rista.<br />
Hacia fines <strong>de</strong> 1986, la actividad <strong>de</strong>l PCP-SL atacó profundamente la economía y la política <strong>de</strong> la región central,<br />
con un <strong>de</strong>spliegue incesante <strong>de</strong> esfuerzos por reivindicar y resolver mediante la acción armada las <strong>de</strong>mandas<br />
y problemas <strong>de</strong> la población y provocar <strong>de</strong> esa manera su simpatía y adhesión. Pero el asentamiento <strong>de</strong>l<br />
PCP-SL en Junín siguió diferentes caminos y ritmos: en Huancayo, el trabajo político militar se centró en la Universidad<br />
Nacional <strong>de</strong>l Centro (UNCP), en los institutos superiores y colegios secundarios, y en los principales<br />
asentamientos humanos que ro<strong>de</strong>an a la ciudad, cual «cinturones <strong>de</strong> hierro». En el campo, realizó su trabajo<br />
político y militar en las comunida<strong>de</strong>s campesinas <strong>de</strong> los valles y <strong>de</strong> las alturas, con mayor o menor énfasis según<br />
su ubicación geopolítica y el momento particular que atravesaba su «guerra popular». Asimismo, el PCP-SL<br />
actuó en los principales asientos mineros ubicados en las provincias <strong>de</strong> Yauli y Tarma, <strong>de</strong>l <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong><br />
Junín, y en el <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> Pasco, intimidando —y, en algunos casos, asesinando— a dirigentes mineros<br />
entre 1986 y 1988. Este panorama se vio agravado por la presencia <strong>de</strong> grupos paramilitares y <strong>de</strong> las propias<br />
Fuerzas Policiales y Armadas, que también hostigaban a los gremios sindicales (Manrique 1989).<br />
TOMO IV PÁGINA 113